El Deportivo mira a un país con tradición de carrileros para encontrar la profundidad que su pasillo izquierdo demanda de manera evidente. El conjunto deportivista está muy cerca de cerrar la incorporación de Giacomo Quagliata, un futbolista italiano de 25 años que juega de defensa lateral, pero tiene un claro perfil ofensivo.
De este modo, Antonio Hidalgo podrá contar con una pieza que ejerce específicamente ese rol de carrilero en línea de cinco, algo de lo que carecía el Deportivo. Con Iano Simao en Penafiel tras no convencer al nuevo técnico deportivista y Sergio Escudero como único hombre capaz de jugar con naturalidad en el flanco zurdo de la defensa, el club necesitaba encontrar no solo un futbolista capaz de competir con el vallisoletano, sino sobre todo una pieza que pudiese otorgarle otras capacidades. Escudero es un lateral reconvertido en sus últimos años a director de juego gracias a su interpretación y calidad en el pie izquierdo. Quagliata, un atleta de ida y vuelta con capacidad de llegada al último tercio.
Así, si nada se tuerce, Giacomo Quagliata llegará a Riazor con el bagaje de disponer de una amplia experiencia en su país y en el extranjero pero, a la vez, una juventud que todavía permite entrever una cierta capacidad de mejora como futbolista. El deportista nacido en Palermo en el año 2000 sabe lo que es jugar no solo en la Serie A, sino también en la Serie B, C y D. Es decir, el italiano ha disputado minutos en las cuatro primeras categorías del país transalpino. Y además, sabe lo que es competir durante dos temporadas en la Eredivisie neerlandesa. Lo hizo como titular del Heracles Almelo, al que llegó en el verano del 2020 procedente del Pro Vercelli.
Fue en ese conjunto italiano del Piamonte donde el lateral zurdo vio cómo despegaba su carrera. Ahí, en Vercelli, compitió en sus últimos años de categorías base y se adentró en el fútbol ‘sénior’. Lo hizo en forma de préstamos: en la campaña 2018-19, siendo todavía juvenil, se fue cedido a Latina Calcio primero y al Bari a partir del mes de enero. En total, ese curso sumó más de 1.200 minutos en la cuarta categoría que le permitieron ganarse un sitio en Serie C con el Pro Vercelli al curso siguiente.
Ahí, bien fuese en línea de cinco o de cuatro, destacó hasta que el mundo se paró por la pandemia del coronavirus. Esta circunstancia no fue, sin embargo, un freno para Giacomo, que ya había llamado la atención del Heracles Almelo y pasó, directamente, de la división de bronce italiana a la élite de Países Bajos. Tenía 19 años.
A partir de noviembre, se hizo con el puesto de titular en un equipo que acabó la liga noveno, a tan solo tres puntos del playoff para entrar en la fase previa de la Conference League. Tras ese ‘ascenso’ en el escalafón de un Heracles en el que coincidió con el excéltico Luca De la Torre, tuvo que acostumbrarse a jugar en línea de cuatro y acabó disputando más de 2.000 minutos en liga, Quagliata se afianzó todavía más al curso siguiente. Tanto que incluso recibió la llamada de la selección italiana sub 21.
La ‘Squadra Azzurra’ lo citó por primera vez en noviembre del 2021. No jugó contra Irlanda en el primer partido del parón, de clasificación para la Eurocopa, pero fue titular en el amistoso frente Rumanía que su equipo venció por 4-2. Jugó 45 minutos y repartió la asistencia del 1-2 a Mulattieri, actual punta del Sassuolo. Aquel día compartió once con Scalvini (Atalanta), Samuele Ricci (Milan) o Nicola Fagioli (Fiorentina) y se ganó la confianza del seleccionador Paolo Nicolato para futuras convocatorias. Volvió en marzo y en junio, antes de jugar por última vez en noviembre del 2022, en la que fue el último de sus cinco partidos con Italia, ya cuando había regresado a su país natal después del descenso del Heracles y la importante apuesta de la Cremonese por él, tras 58 partidos en la Eredivisie y casi 5.000 minutos.
Y es que en el verano de 2022, el equipo de Cremona, ciudad situada en la región de Lombardía, apostó por Quagliata para su regreso a la Serie A después de varias décadas lejos de la máxima categoría. La Cremo ganó la partida a un Feyenoord que también estaba interesado en Giacomo y pagó dos millones al Heracles para hacerse con los servicios del defensor zurdo. Con el traspaso, el siciliano podía debutar en la élite de su país. Pero la experiencia no fue del todo positiva. No llegó a los 700 minutos repartidos en 20 partidos. Y solo en media docena de ellos fue titular.
La Cremonese descendió como penúltimo. Giacomo tenía contrato y tras su pobre curso, confiaba en asentarse en los ‘grigiorossis’. Sin embargo, en su primera campaña en la división de plata, Quagliata tampoco logró hacerse con el puesto de titular indiscutible. El conjunto lombardo fue cuarto, por detrás de Parma y Como, que ascendieron directos, y del Venezia, con el que se acabó cruzando en la final de playoff. El equipo de Giacomo se quedó sin ascenso por un gol en el partido de vuelta, en el que Quagliata jugó los últimos minutos después de comenzar la fase de ascenso siendo titular contra el Cantazaro, que empató 2-2 después de ir perdiendo 0-2.
La Cremonese no consiguió el retorno y Quagliata afrontó el pasado verano un nuevo ‘reset’. El siciliano trató de convencer al nuevo técnico Davide Nicola. Aunque comenzó jugando al beneficiarse de la apuesta por carrileros que impuso el preparador, el dorsal ‘3’ acabó perdiendo cada vez más protagonismo conforme la primera vuelta avanzaba. Entonces, club y futbolista decidieron separar sus caminos temporalmente a falta de un año y medio para que el contrato que los unía rematase. A Cremona estaba a punto de llegar Paulo Azzi, procedente del Cagliari, para su mismo puesto.
Mientras, el lateral de Palermo se reencontró en el sur tras incorporarse a préstamo al Catanzaro, con quien logró finalizar la Serie B en la sexta plaza. No pudo en semifinales del playoff con la Spezia, pero Quagliata había logrado a volver a disfrutar del fútbol. En tan solo seis meses logró disponer casi de tantos minutos como en el año y medio anterior. Finalmente rozó los 1.500, repartidos en 18 encuentros, 17 de ellos como titular.
De nuevo con tres centrales por detrás que le daban libertad para ir y venir. Para pisar todas las alturas de ese carril izquierdo que ahora quiere hacer suyo también en Riazor, adonde llegará una vez Deportivo y Cremonese, club con el que todavía le resta un año de contrato tras finalizar su cesión en Catanzaro, acuerden los detalles finales del traspaso.