El Deportivo es el equipo menos goleado de la Primera RFEF, con solos nueve goles encajados en 18 partidos, y quiere mantener esos buenos números. Con ese objetivo durante el entrenamiento de ayer, de casi dos horas, el cuerpo técnico puso a prueba los reflejos y destreza de los dos porteros de la primera plantilla blanquiazul: Ian Mackay y Pablo Brea.
En el campo dos se desarrollaba la tarea en la que había centros laterales, por ambas bandas y ataques muy rápidos que culminaban en disparos que tenían que tratar de atajar los dos arqueros. Un trabajo exigente, ya que los remates eran muy seguidos Centrando habituales como Diego Aguirre, Héctor o Soriano, entre otros, estos recibían el balón con el tiempo justo para centrar y prepararse para un nuevo envío al arco.
“Más velocidad, que no quede la bola muerta. Ese pase tiene que ser bueno”, eran algunas de las consignas de Borja, siempre activo durante los entrenamientos, pero especialmente incisivo durante este ejercicio.
A medida que pasaban los minutos los guardametas iban atajando más esféricos, aunque no siempre era sencillo, debido al aluvión de disparos.
Otra parte de ese ejercicio consistía en dos tipos de finalizaciones. Una de ellas se trataba de una pared entre los hombres de ataque, que terminaba en un disparo y la otra era simplemente un centro que tenían que rechazar los centrales.
EL DATO
Brea e Ian Mackay, los arqueros presentes en el entrenamiento
Para la primera era importante la velocidad de reacción, mientras para la segunda Borja pedía en ocasiones que los centrales estuviesen “más hundidos”.
Con anterioridad, durante el entrenamiento el Depor había realizado ejercicios técnico-tácticos en espacio reducido con dos equipos, ensayando, entre otras cosas, la defensa y el ataque de las jugadas de estrategia.