Historias del Dépor | El fatídico minuto 13 de la promoción contra el Tenerife
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Historias del Dépor | El fatídico minuto 13 de la promoción contra el Tenerife

Dépor y Tenerife protagonizaron una igualada eliminatoria en 1990 ► Un desafortunado gol en Riazor dejó a los coruñeses en Segunda ► La salvación puso los cimientos de la época dorada tinerfeñista
Historias del Dépor | El fatídico minuto 13 de la promoción contra el Tenerife
El deportivista Stoyanov, ya sin la protección de su nariz lesionada en el partido de ida, centra ante el capitán tinfereñista Toño y la mirada de Albert Ferrer (d) en el choque de vuelta de la promoción del curso 1989-90 | ARCHIVO EL IDEAL GALLEGO

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Un partido sobre todos los demás marca las visitas del Tenerife a Riazor. El choque de vuelta de la eliminatoria de promoción del curso 1989-90 ejerce para el equipo chicharrero de trampolín hacia sus mejores años, al tiempo que para el blanquiazul supone la última de sus desdichas en los años 70 y 80.

 

10 de junio de 1990. Encuentro de vuelta de la promoción entre Primera y Segunda División. Una semana antes, en el choque de ida, Tenerife y Deportivo empatan sin goles en el Heliodoro Rodríguez. Aunque la chicha comienza mucho antes.

 

Después de perder en Sarriá ante el Espanyol (2-0) en la 30ª jornada, el Deportivo es décimo. Lidera la tabla el Bilbao Athletic. Como los filiales no pueden ascender, segundo y tercero subirían directamente. Cuarto y quinto jugarían la promoción. Los blanquiazules están a tres puntos de la quinta plaza y, con ello, de la posibilidad de buscar el ascenso en una eliminatoria a ida y vuelta. Ese formato de promoción entre un equipo de cada categoría aparece en una primera época entre las temporadas 1939-40 y 1946-47, aunque entonces se dilucida a partido único en campo neutral. El sistema se recupera entre los cursos 1958-59 y 1967-68. Entonces, los subcampeones de los dos grupos de Segunda se miden a tercero y cuarto por la cola de Primera, ya a doble partido. LaLiga lo reinstaura en la temporada 1987-88. La promoción deja inolvidables y vibrantes duelos a cara de perro por un puesto en la división de honor hasta su desaparición tras la campaña 1998-99.

 

El Dépor, tras aquella derrota en el viejo campo espanyolista, enlaza una de las mejores rachas victoriosas de su existencia. Gana de manera consecutiva al Sabadell (1-0), al Racing en el Nuevo Sardinero (0-3), a Las Palmas (2-1) y Atlético Madrileño (2-0), en La Condomina al Murcia (0-2) y en Riazor al Levante (1-0). Después de vencer al filial colchonero ya se encarama a la quinta plaza. Un tropezón en Jerez  (3-1) deja la decisión para la última jornada. Basta un empate ante un Palamós que necesita ganar y una carambola para arrebatar el puesto de honor a los blanquiazules. El Dépor supera al equipo gerundense por 2-0. Los goles de Fran y Aspiazu no dejan lugar a dudas. La derrota del Espanyol ante el Eibar (2-3) sirve para escalar una posición. Dos semanas antes concluye la Primera División. La victoria del CD Málaga ante el Tenerife (2-1) sitúa a los andaluces cuartos por la cola y a los canarios terceros.

 

Dureza en la ida

Con el Bilbao Athletic finalmente tercero y el Real Burgos y el Betis en Primera por la vía directa, cuarto contra tercero por la cola y quinto frente a cuarto por la cola: Deportivo-Tenerife y Espanyol-CD Málaga. Los coruñeses salen indemnes de su visita a la guarida tinerfeñista. Ni el fuerte calor reinante. Ni el ambiente hostil. Ni el codazo de Manolo Hierro que parte la nariz a Stoyanov. Ni la pasividad del recientemente fallecido Joaquín Ramos Marcos ante esa acción y algunas más de Guina y Rommel. El Dépor sobrevive y rescata un empate sin goles que le otorga cierta ventaja para el duelo de vuelta.

 

A Coruña es una fiesta. Riazor se llena hasta la bandera. Forma el Deportivo, dirigido por Arsenio Iglesias —que ya sabemos lo que piensa sobre celebrar antes de tiempo—, con Fernando; Cayetano, Martín Lasarte, Sredojevic, Sabin Bilbao; Antonio, Aspiazu; José Ramón, Fran, Gil; y Stoyanov. El Tenerife, con la dirección técnica de Xabier Azkargorta, salta al césped de Riazor con Belza; Isidro, Manolo Hierro, Francis, Luis Delgado; Ferrer, Toño, Víctor, Eduardo; Quique Estebaranz y Rommel Fernández. El partido arranca a las 19.00 horas, con el arbitraje de otro nombre de rabiosa actualidad, José María Enríquez Negreira.

 

Arranca bien el Dépor. Incluso el colegiado parece querer quedar al margen de suspicacias al mostrar la cartulina amarilla a Luis Delgado por un patadón a José Ramón en el minuto 3. De poco valen las buenas intenciones coruñesas y la línea trazada por el árbitro porque diez minutos después, en un minuto 13 más fatídico que nunca, la fortuna se alía con el Tenerife. Albert Ferrer, el lateral derecho cedido por el Barça a mediados de la temporada, centra un balón al segundo palo. Eduardo se anticipa al salto de Cayetano. Su testarazo impacta en el travesaño. El balón rebota hacia fuera de la portería pero cae sobre el brazo derecho de Fernando, el portero blanquiazul que diez años después pierde la vida cuando la excavadora que maneja se topa con un cable de alta tensión, y se convierte en el 0-1.

 

El Deportivo, pese al inestimable apoyo de su afición, es presa de los nervios. Ochenta minutos de quiero y no puedo. La mejor ocasión, ya antes del descanso, la tiene Stoyanov, que cabecea picado un centro de Cayetano pese a jugar con una protección en su nariz. Belza captura con seguridad.

 

El regreso a la élite del Dépor tiene que esperar otro año. Por contra, el Tenerife establece los cimientos de su época dorada. Hasta 1999 juega ininterrumpidamente en Primera, con dos participaciones europeas. La primera, en 1993, también de la mano del Deportivo.

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