La plantilla del RC Deportivo de La Coruña puso punto final a una semana atípica, en la que no tendrá competición el fin de semana, con un nuevo entrenamiento que comenzó más temprano de lo habitual.
Concretamente a partir de las 10.00 horas de la mañana los blanquiazules se enfundaron el mono de faena para optimizar su puesta a punto, antes de disfrutar de unas mini-vacaciones de tres días libres.
Al igual que en el test del pasado miércoles, cuatro hombres del primer plantel se ejercitaron de manera individualizada debido a las respectivas molestias físicas que arrastran; Víctor García —probable baja hasta final de curso—, Antoñito, Adrián Lapeña y Carlos Doncel no pudieron concursar con el grupo.
El máximo responsable técnico deportivista, Borja Jiménez, diseñó una matinal de carácter más bien suave, iniciada con un calentamiento a base de un pequeño circuito físico diseñado por el preparador Luis Fandiño.
Posteriormente, los futbolistas blanquiazules fueron divividos en dos grupos, que llevaron a cabo diversos rondos, en los que los jugadores potenciaron su habilidad en el pase de balón.
Antes de concluir el test del jueves, el equipo coruñés disputó un encuentro de acoplamiento a tres cuartas partes de campo; un ejercicio en el que el míster realizó innumerables correcciones a sus pupilos a nivel de colocación y movimientos tácticos.
Con algo más de prisa que habitualmente, los jugadores se marcharon a las duchas después de algo más de una hora y media de trabajo para disfrutar de un fin de semana de asueto, que a buen seguro servirá para recargar las pilas antes de retomar la competición ante el Tudelano el sábado 14 en Riazor.
