Historias del Dépor | La Saeta blanquiazul
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Hoy hace 70 años que el legendario Alfredo Di Stéfano jugó con el Dépor ► El ‘crack’ madridista se sumó al homenaje a Julián Cuenca ► El Vasco da Gama goleó en Riazor al equipo deportivista (1-6)
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Once del Deportivo el 29 de mayo de 1955 en el partido de homenaje a Cuenca en Riazor frente al Vasco da Gama. De pie, izquierda a derecha: Otero, Rodolfo, Lechuga, Tomás, Zubieta, Lestón, Cuenca y el masajista Braulio Cucarella. Agachados: Arsenio, Di

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El Deportivo recibe por primera vez a un club brasileño tal día como hoy hace 70 años. Aquel Dépor-Vasco da Gama del 29 de mayo de 1955, sin embargo, pasa a la posterioridad porque uno de los mejores futbolistas de la historia, Alfredo Di Stéfano, viste la camiseta blanquiazul.


El deportivista Julián Cuenca y Juan Doce, promotor coruñés afincado en Argentina, firman el martes 5 de abril de 1954 los contratos por los cuales el Vasco jugaría en Riazor en el partido de homenaje al futbolista blanquiazul. El conjunto brasileño visita A Coruña por segunda vez. La primera es en el Teresa Herrera de 1947, que pierde frente al Athletic. La secretaría deportivista recibe, el lunes 9 de mayo de 1955, un día después de que el Deportivo es eliminado del torneo del KO por el Barça, un telegrama en el que el equipo carioca confirma su compromiso. La fecha elegida es el domingo 29 de mayo.


Varias noticias contradictorias rodean la posible participación de Alfredo Di Stéfano. Hasta que la secretaría del Real Madrid telefonea al propio Cuenca el martes 17 de mayo, trasladándole la autorización para que la ‘Saeta Rubia’ se alinee con el Deportivo frente al Vasco. Cuenca también negocia con el Barça el permiso para Luis Suárez y con el Celta para Carlos Torres. El deportivismo sueña con ver de blanquiazul a un quinteto ofensivo de auténtico lujo: Arsenio, Di Stéfano, Pahíño, Luis Suárez y Torres.


Finalmente, el conjunto azulgrana niega la cesión de Suárez al equipo de su ciudad natal, que se lo traspasa poco más de un año antes. La razón, que el mismo día 29 el once ‘culé’ juega el choque de vuelta de las semifinales de Copa en Bilbao. Los culés están virtualmente eliminados después de perder por 0-2 en la ida en Les Corts. Al tiempo, el conjunto blanco no solamente accede a prestar a Di Stéfano, sino que también se lo cede al Valencia y al propio Barcelona para los otros dos encuentros que la formación cruzmaltina disputa en España. Los levantinos empatan (3-3), mientras los barcelonistas se imponen por 1-0. El lugar de Luisito es ocupado por otro jugador celeste, Olmedo, amigo de Cuenca desde su infancia en el madrileño barrio de Vallecas. Olmedo marca 15 goles en Primera aquella temporada, en la que debuta con la selección B, frente a Grecia (7-1) en el Bernabéu. Para aquel partido es convocado el deportivista Arsenio, que no llega a jugar.


Di Stéfano cierra su segunda campaña como madridista, en las que con sus goles lleva al conjunto ‘merengue’ a conquistar dos títulos ligueros. En el primero se proclama máximo goleador con 27 tantos, hecho que no puede repetir en el curso 1954-1955 pese a firmar 25 dianas. Le supera Juan Arza —delantero del Sevilla y después entrenador deportivista— que hace 29. Ese segundo título es el que da al Real Madrid el derecho a participar en la primera edición de la Copa de Europa, que acaba en las vitrinas de Chamartín. Los goles, fútbol y liderazgo de Di Stéfano llevan a los blancos a reconquistar la Liga, que se le resiste a la entidad madrileña durante más de dos décadas, pues su anterior conquista data de 1933. Al año siguiente, la ‘Saeta Rubia’ recibe el Balón de Plata en la primera edición del Balón de Oro europeo, galardón que sí se lleva en la segunda edición, en 1957.


El adversario promete emociones fuertes. El Clube de Regatas Vasco da Gama, fundado en 1898, es tercero en el ranking histórico del campeonato carioca, con diez entorchados. Su última participación, de todos modos, no es buena. El ‘Vascão’ concluye en la cuarta posición, superado por Flamengo, América y Bangu. Los vascaínos están dirigidos por Flávio Costa, entrenador marcado por haber sido el seleccionador brasileño en el dramático ‘Maracanazo’ de 1950. En sus filas, cuatro subcampeones en aquella dolorosa Copa del Mundo: el portero Barbosa, el central Ely y los delanteros Ademir —que no actúa en Riazor— y Maneca. A ellos se suman dos mundialistas más, el defensa Paulinho y el interior Pinga, componentes de la ‘canarinha’ de 1954.


Por si no es suficiente, también aparece un joven de 21 años apodado Vavá. Aunque todavía no ha debutado con la selección brasileña, años después se convierte en el primer jugador en marcar en dos finales del Mundial. Solamente Pelé, Breitner, Zidane y Mbappé han repetido tal gesta. Esas dos victorias, además, hacen bicampeón universal a Vavá.


Riazor se queda pequeño. Y el Dépor, también. Los blanquiazules, séptimos aquel curso en Primera, forman con Otero; Rodolfo, Zubieta, Tomás; Cuenca, Lechuga; Arsenio, Di Stéfano, Pahíño, Olmedo (Celma, m.74) y Torres. Por el Vasco juegan Barbosa; Paulinho, Bellini; Jophe, Adésio (Ely, m.74), Dario; Sabará (Iêdo, m.74), Maneca, Vavá (Alvinho, m.74), Pinga y Silvio Parodi. Arbitra el coruñés Federico Mosquera Maceiras, que ese verano sube a Primera.


El partido en sí, lamentablemente, tiene poca historia. El Vasco vapulea a un Deportivo (1-6) que se viene abajo tras el descanso. Parodi (m.25) y Pinga (m.33) adelantan a los brasileños. Pahíño (m.40) recorta distancias. En la segunda mitad, Sabará (m.49), Pinga (m.56), Adésio (m.73) y Alvinho (m.76) colocan un resultado definitivo que empaña un día histórico. El día en que la ‘Saeta Rubia’ fue la ‘Saeta blanquiazul’. 

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