Ante un estadio de Riazor vacío, Gonzalo Castro Pardo (A Coruña, 1972) rebobina su vida en blanquiazul. “Empecé a ir al fútbol allí con mi padre, encima de aquella erre de Dépor”, señala en dirección a la grada de Preferencia. “En cuanto pude ya me fui para la curva”, confiesa. El concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de A Coruña pilota el proyecto de la ciudad como sede del Mundial 2030 y se ilusiona con un proyecto con todavía mucho por construir.
¿Es la de A Coruña una candidatura sólida?
Sin duda. Si algo se ha acreditado en los últimos días, es que no estamos en la cuerda floja ni tenía problemas de puntuación para estar entre las elegidas. Es una candidatura de ciudad. Y se ha cumplido con creces lo que nos pedían aunque es evidente que en el estadio de Riazor, que hay que decir que es un buen estadio, hay que hacer una reforma profunda para adaptarse a los criterios de la FIFA. Pero se ha cumplido. Lo ha hecho A Coruña y lo hace también Galicia. Es una candidatura gallega, un éxito de todos.
Se ha intentado contraponer a A Coruña con Vigo y se ha demostrado que cabían los dos... o cabrán las dos.
Queda claro que en Galicia tenemos gran potencial para albergar un evento de primer nivel como es un Mundial. A Coruña y Vigo están preparadas para hacerlo. Esto ha sido una carrera de fondo donde han participado muchas candidaturas muy buenas y muy solventes de ciudades que son muy importantes desde el punto de vista poblacional, económico… El hecho de que A Coruña haya entrado y Vigo estuviese en la pelea hasta el final, y veremos lo que acontece al final, demuestra que Galicia está preparada.
¿Tiene la sensación de que Vigo ha hecho más piña como ciudad que A Coruña por ser sede mundialista?
No creo que aquí no se haya hecho piña. Sí a lo mejor, y después de tres años de trabajo, debemos ser capaces de hacer autocrítica y desde el Ayuntamiento deberíamos haber explicado en profundidad lo que supone el Mundial. A veces también hay mucho ruido y cuestiones importantes pasan a un segundo plano. Este es un proyecto que va más allá del fútbol. Es una palanca que impulsará a la propia ciudad, generará unas sinergias desde el punto de vista social, de infraestructuras, humanización de entornos y posicionamiento de la ciudad. El principal legado será un estadio, un recinto multiusos. Pero habrá una transformación indiscutible en todos los ámbitos. No hay ninguna ciudad que sea la misma después de albergar un evento de este tipo. Te sitúa en el mapa a todos los niveles.
No es lo mismo albergar un Mundial en 1982 que en 2025.
Efectivamente. Es, sin duda, una de las grandes diferencias. Un Mundial en 1982, derivado de cuestiones inherentes a la propia movilidad, no atraía el número de personas que puede atraer ahora. Ahora la capacidad de desplazamiento de las aficiones es enorme. Miles de personas se desplazan a los partidos de un Mundial. Y no olvidemos que a día de hoy es mucho más que una competición deportiva. Es un evento planetario que empieza antes de la propia competición. En el caso del Mundial de 2026 en Estados Unidos, Canadá y México, ahora mismo en las propias sedes se están produciendo eventos impulsados por patrocinadores, inversores, la propia FIFA… Ya se está generando un alto nivel de actividad en las ciudades que van a ser sedes que indica que estas delante de un evento que no se ciñe a los partidos y a la competición. En nuestro caso hay que añadir el legado, lo que queda después del Mundial. Y en este caso hay un proyecto que lo que va a tratar es de humanizar un entorno urbano, crear una instalación que pueda generar atraer visitantes y beneficiarnos de todo lo que conlleva la creación de infraestructuras.
Habla de autocrítica. ¿Tiene algo que reprocharse el Ayuntamiento en no haber alineado todavía al Dépor?
Es una pregunta para la que, sinceramente, no tengo respuesta. No acabo de entender el motivo de que no estén al cien por cien en el proyecto. Hubo una fase inicial donde hubo una puesta en común de esta candidatura con el club, porque el club tiene ese principal usuario del estadio y tiene una vinculación histórica al estadio. No nos podemos olvidar de que el estadio municipal de Riazor nace para dotar de un recinto al Deportivo. En esa primera fase, entre 2021 y 2022, había una interlocución muy fluida. La colaboración era tan profunda que en las primeras reuniones que hubo en Madrid a nivel federativo para tratar la candidatura del Mundial íbamos en una delegación que estaba formada por el Ayuntamiento y por el club, por el Deportivo.Y se compartió la idea inicial de cómo se podría enfocar todo. Incluso a nivel documental.
¿Quién iba en representación del club?
David Villasuso, que en aquel momento tenía una responsabilidad muy importante dentro del club. Vino a Madrid a escuchar el planteamiento, ver cuáles eran los requisitos. Desconozco el porqué se produce un cambio, me falta información, no sé cuál pudo haber sido la evolución tanto a nivel interno del Deportivo como, a lo mejor, de planteamientos relacionados con el propio proyecto económico del club que hayan podido cambiar la posición.
El Deportivo argumenta que entrar en un proyecto así pone en riesgo su sostenibilidad económica.
Pero nunca nos ha llegado una información detallada sobre el impacto que podría tener para el club a nivel de números abordar unas obras del nivel de las que se van a acometer en el estadio. El de Riazor es un proyecto importante, de transformación de estadio, pero no tanto como los de Zaragoza, Málaga o Las Palmas. Y tenemos que ver el resultado final más allá de cualquier actuación que puede generar molestias en su ejecución, y ese resultado va a ser el de un estadio que al club le va generar más ingresos, ya no solo por el aumento del aforo, sino por la generación de espacio relacionados con hospitality, VIP… Tenemos que tener la capacidad de valorar no tanto las molestias que nos puede ocasionar, como lo que va a quedar después y el beneficio que va a traer. Y ser un poco sensatos y darnos cuenta de la posición de cada uno. El Deportivo recibe del Ayuntamiento un apoyo que no es ni similar a cualquier otra institución en la ciudad. Y no me refiero solo a inversiones como la que se tuvo que acometer hace seis años en la cubierta de Riazor, que fueron nueve millones de euros. Me refiero a que el club usa, de forma gratuita, un recinto que tiene asociados unos gastos de conservación y mantenimiento muy altos. Si lo trasladamos al valor de mercado, estamos hablando de la cesión de algo carísimo. Pues se cede gratuitamente.
¿Espera que el club se adhiera al proyecto mundialista?
Nunca hemos perdido la esperanza de que la propiedad del Dépor participe en un proyecto de esta envergadura que puede generar tantos beneficios para el club y la ciudad. Evidentemente las puertas están abiertas. Si el propietario del Deportivo ve que puede haber espacio para participar en un proyecto de esta envergadura, evidentemente las puertas están abiertas. Porque esa siempre fue nuestra primera opción. La primera idea del Ayuntamiento es la de que el club se pueda beneficiar de un recinto que va a ser mucho más rentable. Dicho esto, nosotros tenemos una hoja de ruta y viene marcada por exigencias de la FIFA. Y tenemos que avanzar en aspectos como la licitación del proyecto.
¿Se va tarde en eso?
Vamos a tiempo, pero no estaría mal que ya avanzásemos de fase. La obra tiene unos plazos de ejecución en torno a tres años y debería empezarse no más allá del otoño de 2026 si no queremos tener problemas.
¿Con el Mundial a la vista, habría reforma de Riazor aún sin acuerdo con el Deportivo?
Sí. Se hará porque se trata de un proyecto de ciudad. Estamos ante una actuación que trasciende el ámbito deportivo. Quiero trasladar la idea de que es un proyecto de ciudad que formaba parte de la agenda de nuestra alcaldesa ya desde el inicio del mandato. Es verdad que el Mundial nos ofreció una oportunidad de poder aprovechar para convertir Riazor en el recinto que queremos que sea, uno que se aproveche más de veinte días al año. Ahora estamos viendo esa experiencia en estadios de primer nivel como el Metropolitano.
¿A Coruña puede competir en esa liga?
Sí. Está estudiado y además hay inputs que nos dicen que puede hacerlo. Somos una ciudad pequeña, pero una ciudad pequeña atípica, con un tejido empresarial de primerísimo nivel. No hace falta que pongamos nombres y apellidos. A todos se nos vienen a la cabeza dos o tres empresas multinacionales que tienen la sede aquí y que generan eventos en espacios singulares y de calidad. Y desde el punto de vista cultural tenemos una agenda al nivel de ciudades de mucho más tamaño. En el último informe de promotores musicales de España, se señala que A Coruña está en el top 5, por delante de ciudades como Bilbao, en venta de entradas para eventos de todo tipo, desde el teatro, hasta conciertos de alto nivel. Hay un estudio sobre ello que está en manos de la FIFA.
¿A la FIFA le interesan los conciertos?
Lo que le interesa es la sostenibilidad de los proyectos. Hay un dato que es decisivo en la propuesta que ha presentado nuestra ciudad y es la que se basa en el planteamiento de qué se va a hacer con el estadio cuando acabe el Mundial. En la FIFA están preocupados por un tema y es el de que no quieren que los estadios queden como mausoleos, vacíos, sin uso ni rentabilidad... A la FIFA le hemos presentado un estudio que traslada la idea de que A Coruña está en una situación geográfica privilegiada y con un potencial enorme. En menos de tres horas tenemos más de seis millones de habitantes. Y con un rango de edad y de poder adquisitivo que hacen que haya un elemento catalizador para la realización de determinados eventos. No hablo solo de conciertos
¿De qué habla entonces?
Estudiamos mucho el caso del Metropolitano, que es un recinto que alberga cada año 200 eventos y no solo son conciertos. Allí hubo un congreso de Google... Son citas que generan un beneficio económico importante. No me gusta hablar de los demás pero ese caso de éxito tan claro nos indica el camino a seguir. En el Metropolitano se fueron a una inversión de casi 300 millones de euros, tenían un plan de amortización a doce años y lo lograron en menos de siete. Podremos decir, es que es Madrid, pero esto es A Coruña y mucho más. El planteamiento es claro: en el siglo XXI a nadie le pasa por la cabeza tener un recinto tan costoso como Riazor abierto veinte días al año. Las instalaciones que se hacen nuevas se ejecutan pensando en dar cobertura a multitud de usos que puedan aportar rentabilidad. Se lleva haciendo mucho tiempo, por ejemplo, en el ámbito anglosajón. Estuve en Glasgow visitando el estadio del Celtic … en parte también porque soy seguidor del Celtic. No del Celta. Del Celtic (risas). Y allí ves un estadio que tiene sus años, típico estadio británico, pero te quedas sorprendido porque hace más de medio siglo tenía espacios de hostelería con vistas al campo. Van muchísimo más por delante de lo que estamos aquí.
¿De dónde sale la financiación para el nuevo Riazor y de cuántos millones hablamos?
Estamos en el punto de la concreción final del proyecto una vez hemos pasado el corte de la FIFA. Esto ha sido dinámico y ha ido cambiando por las propias exigencias de la FIFA, que iba concretando cosas y daba lugar a que modificases otras. Nosotros hablamos de un aforo de 42.000 asientos o a lo sumo 43.000. Lo que se va a abordar y está por definir, es la reforma del entorno urbano. Por redondear: estaremos entre los 90 y los 110 millones. En torno a los 100 millones de euros.
¿El plan sigue siendo dividir esa cantidad entre aportaciones públicas y privadas?
El plan sigue siendo el mismo, que es implicar a todas las administraciones que desde el punto de vista territorial tienen una relación directa con el proyecto. Y concretar cuál va a ser la participación de algún o algunos partners privados
¿Partner o partners? ¿Podría entrar el Deportivo con otros socios?
Podría entrar el Deportivo. O entrar solo el Deportivo. O entrar el Deportivo con otro u otros. Las posibilidades están ahí. n lo que se refiere a las administraciones implicadas en esto, me refiero a la Diputación y a la Xunta. Me consta que tanto en un caso como en otro, entienden las implicaciones que tiene este proyecto tanto a nivel provincial como a nivel gallego. A nivel autonómico, vendes la marca Galicia en el exterior. Hay que incidir en que esto es una candidatura gallega. Es más, debe ser así. Hay que incidir en que esto es una candidatura gallega. Si hay dos, bienvenidas. La dimensión de un Mundial de fútbol, va mucho más allá de lo local. Es un instrumento para colocar en el mapa a Galicia con todo lo que eso genera desde el punto de vista económico, social y en la Xunta son conscientes. A nivel provincial, aparte de que se beneficia de esa proyección, de forma mas concreta tiene unas sinergias indiscutibles. Ferrol va a ser centro de entrenamiento, Betanzos, Ordes, Cerceda… Hay un impacto indiscutible a nivel provincial. Lo que hay que hacer es concretar las voluntades y cerrar esta cuestión definitivamente.
¿Cuándo? ¿Puede concretar una fecha para cerrarlo?
Desde luego antes de abordar la licitación de las obras porque para hacerlo hay que saber cómo se van a financiar. Estamos hablando de que es algo urgente, en dos o tres meses debería estar definido. Es urgente, pero creo que no va a haber ningún problema porque se entiende la dimensión provincial y autonómica. Es un proyecto de todos.
En Vigo el alcalde ha dicho que si es necesario pone todo el dinero el Ayuntamiento.
Desconozco el proyecto de Vigo. Sé que tienen la dificultad objetiva que están acometiendo unas obras de remodelación del estadio en un aforo insuficiente para lo que exige FIFA. Eso es un problema.
Hay otro problema y no es menor. No está entre las once ciudades designadas por la FIFA.
En efecto. No es menor. Vigo hoy no está en el Mundial, pero además hay una cuestión encima de la mesa, que es el criterio de la sostenibilidad. ¿Es sostenible acabar un estadio y abordar otra reforma inmediata para aumentar el aforo? Es complicado pasar de 28.000 a 40.000.
Caballero dice que se resuelve con un graderío nuevo de 2.000 butacas y 10.000 asientos temporales que se retirarían después.
No soy arquitecto, pero tengo dudas. La FIFA puede aceptar que en pongamos un 5% del aforo tengas asientos de quita y pon, pero en el caso de Vigo estamos hablando de un incremento de un 40% del aforo. ¿Con gradas temporales? No lo sé, ojo. De entrada parece un proyecto complejo. Pero yo no tengo un conocimiento de la situación económico-financiera de Vigo.
¿Cómo será el nuevo Riazor?
Defiendo firmemente la creación en lo que antes era la curva mágica en Marathón de una grada de animación que pueda construirse en base a una única bandeja, al estilo del campo del Liverpool o del Borussia Dortmund. Daríamos respuesta a una demanda real y aumentaríamos el ambiente dentro del estadio. Lo defiendo por una cuestión propia experiencia vital, empecé a ver fútbol con mi padre en Preferencia, pero en cuanto me dejó me escapé a la curva mágica y allí fue donde forjé un deportivismo inquebrantable.
¿Se excavará para rebajar la cota actual del terreno de juego y ganar espacio para las gradas?
Está pensado para, entre otras cosas, hacer esa gradona en Marathón.
¿La tercera bandeja está descartada?
La tercera bandeja uniforme está descartada. Creo que incluso por una cuestión importante que se hace en otros países: los estadios tienen que responder a la demanda real. ¿Tiene sentido focalizar el aumento de Riazor en la grada de Tribuna? No. Y eso te lo indica la demanda. Lo que tiene sentido es focalizar el crecimiento del estadio allí donde la gente quiere comprar entradas.
¿No se mete en terreno que le corresponde al Dépor?
Creo que todos los deportivistas tenemos el derecho a reflexionar sobre lo que podría ser bueno para el club. Desde el club no nos han trasladado ni oposición ni tampoco otro proyecto alternativo. Nadie, más allá de que yo respeto la autonomía del Deportivo, pero no creo que pueda estar en contra de facilitar el acceso al estadio a personas que ahora mismo quieren ir y no pueden hacerlo. Es trasladar una visión de carácter social a la gestión del deporte profesional. Creo que el club no puede estar en desacuerdo. Es más seguro que está de acuerdo en que todos esos aficionados que se quedaron en lista de espera deben de tener el derecho de poder ir a ver a su equipo. Porque se hace ciudad y se forja una identidad colectiva muy positiva. Se facilita también el acceso de las propias familias. Soy seguidor absoluto del modelo alemán, donde el fútbol se ha convertido en un evento familiar.
¿Qué le diría a la gente que dice que el estadio se quedaría grande con 42.000?
Atocha estaba por la mitad. Anoeta contribuyó a aumentar la masa social en una ciudad más pequeña que A Coruña. En Bilbao se generó un debate sobre si hacía falta un estadio tan grande como el actual. Ahora está siempre lleno. Lo estamos viendo en Inglaterra, también. Los nuevos recintos, los estadios modernos, constituyen un polo de atracción para generar más afición. Y hay una cosa de la que no se habla mucho y que forma parte de la historia del Deportivo y de esta ciudad. Y es que Riazor ya tuvo un aforo de 45.000. Y a veces se llenaba el estadio.
¿Y cómo convencería a los que dicen que el Mundial le queda grande a A Coruña?
Les hablaría de Las Palmas. Una gran afición, pero no más que la de aquí. Y allí nadie cuestiona si el estadio va a ser grande o pequeño, van todos a una.
Y la financiación es totalmente pública.
Porque son conscientes del impacto del Mundial. Ellos lo vinculan mucho al turismo porque es la principal industria de la isla. Son conscientes del impacto que tiene la promoción. Pero aquí el impacto turístico también es importante. Si entramos ahora en la web de la FIFA veremos: “A Coruña, una ciudad dinámica, comercial y culturalmente”. ¿Cuánto vale una campaña de promoción similar?
En los últimos días se habla de amaños y de manipulaciones. A Gonzalo Castro le apena lo que sucede en torno a la candidatura española y la discusión sobre los baremos de puntuación.
¿Cómo ha vivido la polémica de estos días en torno a Vigo y San Sebastián?
Mi reacción inicial fue de preocupación, porque todo aquello que pueda poner en cuestión el proyecto me preocupa. Pero después desde la perspectiva de quien conoce, y conozco profundamente todo el proceso, la sensación es de tranquilidad. Se comprobó que A Coruña no estaba en la cuerda floja, estábamos dentro a todos los niveles.
Pero se dijo que la ciudad era la última, que su puntuación era la menor de las que entraron. Y esa idea germinó incluso en la propia Coruña
Me sorprendió sobre todo porque uno de los criterios era la valoración del estado y eso se hacía en base a lo que se tenía o no se tenía y lo que había que hacer. Y hay estadios como Anoeta o Cornellá que obviamente estaban mejor situados por motivos obvios. Pero esta no es la candidatura de un estadio sino la de una ciudad, la de Galicia en definitiva. Y sumando todo estaba claro que no éramos los últimos ni estábamos en la cuerda floja.
Ahora se arrojan dudas sobre el proceso de selección de las sedes.
Pues fue un proceso en todo momento claro y transparente en cuanto a requisitos, con una interlocución permanente con las sedes para resolver dudas, para orientar, para conocer lo que hay que mejorar… Y con una valoración totalmente objetiva en base a una serie de requisitos establecidos por la FIFA, no establecidos por la Federación Española de Fútbol. Por la FIFA, que es la que supervisa y ratifica. Es muy difícil que en un contexto así se haya producido algo extraño. En lo que respecta a nuestro conocimiento, yo no tengo ninguna duda, pero ninguna duda, de que los miembros de la comisión de evaluación de las candidaturas a sede actuaron en todo momento con total objetividad e imparcialidad.
María Tato, una de las responsables de esa comisión, ha salido de la Federación tras la polémica de los últimos días. ¿Qué sensaciones le deja esa decisión?
Me genera un sentimiento de profunda tristeza porque es una persona que ha trabajado muchísimo por este Mundial y lo ha hecho además de forma generosa. Siempre estaba disponible para resolver dudas por parte de todas las candidaturas. Han sido innumerables las veces que Maria Tato ha venido a Vigo y a Coruña a tener reuniones al margen de los encuentros oficiales para intentar echar una mano. Y como hacía con Vigo y A Coruña, estoy seguro de que lo hizo con todas las demás ciudades. Me produce tristeza desde el punto de vista personal porque han sido tres años de trabajo intenso y además era una persona importantísima en todo lo que queda por hacer con respecto al Mundial. No tengo duda de que María Tato ha trabajado de forma imparcial y objetiva, valorando de forma transparente a todas las sedes. Tampoco me cabe ninguna duda de que Rafael Louzán resolverá la situación y de que definirá un nuevo equipo para hacerse cargo de algo tan importante para el país como es un Mundial de fútbol.