Cuando Djalminha llegó al Deportivo, Leo Messi tenía diez años. Asombraba ya, pero todavía nadie imaginaba en lo que se convertiría. En cambio, Riazor (y los campos de la Liga española y de los mejores clubes de Europa) ya abrían la boca ante las filigranas de un Djalminha que se configuraba en un talento tan loco como impresionante. Una leyenda que lideró al Deportivo campeón de la Liga del año 2000.
Este martes, de madrugada, el Mundial de Clubes que se disputa en Estados Unidos vio como las dos leyendas se encontraban.
Fue tras el partido que disputaron el Palmeiras, también exequipo de Djalminha, consiguió empatar al Inter de Miami de Messi.
Tras el choque, en el que el conjunto brasileño consiguió dar la vuelta al marcador en solo diez minutos y así evitar enfrentarse al todopoderoso PSG en octavos, Djalminha se hizo con la camiseta del astro argentino.
Fue el encuentro de dos grandes del fútbol que marcaron dos épocas muy distintas. No es la primera vez que Messi protagoniza un momento como el vivido con el exdeportivista. Hace unos años fue él quien le pidió su camiseta a Zidane y en este mismo Mundial de Clubes el gran Roberto Baggio fue quien regaló su camiseta de Italia al argentino. Cosas de cracks.