El inicio de pretemporada se acerca y el Deportivo continúa pendiente de iniciar una necesaria operación salida ante los ya más de 30 contratos que tiene firmados para la próxima campaña. Más allá del problema que esto supone para hacer inscribir nuevos fichajes y las maniobras necesarias referentes al límite de gasto en plantilla, el principal inconveniente será para Antonio Hidalgo, que se encontrará con una acumulación de futbolistas poco recomendable para empezar la preparación. Una de las salidas con las que contaba la dirección deportiva era la de Pablo Vázquez, pero salvo cambio radical a lo largo del fin de semana, el central tiene previsto presentarse el lunes en Abegondo y es el club coruñés el que debe ahora mover ficha.
El valenciano asumió rápido la situación en el momento en el que se le comunicó que no sería una prioridad en el proyecto de la próxima temporada, entendiendo que el Dépor le abría la puerta para buscar una salida toda vez que no entraba en los planes de la entidad ofrecerle la renovación de un contrato que finaliza en 2026. El Sporting de Gijón fue el primer equipo que mostró interés por su situación y ambas partes llegaron a un entendimiento, pero la operación se estancó en el momento en el que el club herculino puso un precio demasiado alto para lo que los posibles pretendientes entienden que es un futbolista que no cuenta.
Y así, con la posible marcha de Pablo Vázquez en punto muerto, el reloj de arena ha dado la vuelta y empieza a descontar tiempo para el Deportivo, que ha incorporado a un central como Lucas Noubi, anunciará en breve otro con la llegada de Arnau Comas, y tiene en su planificación la idea de firmar a un tercer jugador para el eje de la zaga. Todo ello sin resolver todavía la que se presenta como la primera patata caliente del verano.
Mientras tanto, desde la parte del futbolista, la situación está clara. La hoja de ruta de Vázquez es la de seguir con el comportamiento profesional que le ha permitido jugarlo prácticamente todo en las dos temporadas que ha jugado con la camiseta blanquiazul, iniciando la pretemporada a las órdenes de Antonio Hidalgo a la espera de que el Deportivo ceda en sus pretensiones ante las llamadas que está recibiendo el entorno del jugador con interés de otros equipos. Una lista que va más allá del Sporting en el fútbol español, pero en la que todos entienden que no van a desembolsar grandes cantidades por un jugador del que se quiere prescindir en A Coruña, algo que de una forma u otra, el club ha venido dejando claro desde antes incluso de terminar el último curso.
Por lo tanto, el caso Pablo Vázquez dependerá de cuánto quiera el Dépor facilitar su salida. El jugador llevará su preparación para la pretemporada como uno más, entendiendo que es lo mejor también para sus intereses. Sea en otro lugar, o en Riazor en caso de un giro en su situación, el central viene de completar la mejor temporada de su carrera por rendimiento, continuidad y nivel de exigencia, y quiere darle continuidad a su buen momento, demostrando que todavía no ha tocado techo. Si no hay avances que permitan un cambio de destino, no descarta cumplir el año de contrato que le queda en A Coruña y pelear por el puesto.
No es de extrañar que el último año de Vázquez haya llamado la atención de diferentes equipos de la categoría de plata. Estuvo a un solo partido, el último ante el Elche, de hacer pleno de minutos con el Dépor y fue uno de los futbolistas más regulares del regreso blanquiazul al fútbol profesional, logro en el que fue decisivo con su rendimiento ofensivo y defensivo. Pero sus 42 encuentros y más de 3.500 minutos no han sido suficientes para la dirección deportiva, que tiene claro que para dar un paso más la próxima temporada, en la que el ascenso apunta a dejar de ser una palabra tabú, necesita elevar el nivel en el centro de la defensa.
La remodelación será prácticamente total, ya que, de confirmarse finalmente la salida de Pablo Vázquez, sería la tercera de un central después de las despedidas de Pablo Martínez y Jaime Sánchez, a los que se dejó ir con la finalización de sus contratos. De momento Fernando Soriano ya ha puesto las primeras piedras para esa reconstrucción con las llegadas de Noubi y un Arnau Comas que empezará la pretemporada a menor ritmo mientras se recupera de la operación en el hombro a la que fue sometido hace unos meses. También habrá que poner atención al estado físico de Dani Barcia, que vio frenada su espectacular estreno en el fútbol profesional por dos lesiones en el recto femoral.
Entre los tres acumulan 81 partidos en el fútbol profesional, por los 98 que acredita Pablo Vázquez. Esto da una pista de lo que buscará la dirección deportiva en el otro refuerzo que tiene en mente para la retaguardia. Alguien experimentado y de calidad ya contrastada en la élite que pueda acompañar y ayudar a desarrollar todo su potencial a los tres talentos que completarán la posición. El otro factor que debe valorar Soriano es la pierna dominante. Porque tanto Noubi como Comas son diestros, lo mismo que Vázquez. Barcia se queda ahora como único central zurdo, algo que en todo caso no será decisivo a la hora de incorporar un nuevo integrante para la línea de cobertura.
Todo ello en un contexto en el que esa cifra de cuatro piezas será lo mínimo con lo que debería contar el Deportivo este año tras la incorporación de Antonio Hidalgo. El técnico catalán ha jugado con estructuras de tres centrales habitualmente en el Huesca, aunque también es cierto que en ocasiones ha podido reubicar en ese trío a algún jugador de otro perfil para permitir que el dibujo tuviera más versatilidad para hacer cambios durante el encuentro sin tener que gastar sustituciones.