Con el pitido final, tras diez minutos de añadido, llegaron el contraste de emociones. Alegría desbocada en el banquillo del San Fernando, que se echó al campo a celebrar la victoria, cariacontecido cuerpo técnico y jugadores blanquiazules.
También caras largas en el palco, presidido por el presidente del Deportivo, Antonio Couceiro, que esta semana había refrendado su confianza y la de su Consejo en Borja Jiménez. El primer revés, en la jornada seis, después de dos victorias y dos empates, ha generado preocupación. Con uno más durate más de 30 minutos, los blanquiazules apenas fueron capaces de inquietar a Perales. Sumidos en un estrés constante por tener que ganar, reconocido por técnico y futbolistas, una ansiedad que no se sabe de dónde viene, el Deportivo lleva seis jornadas en las que ha podido agarrarse más a resultados que a juego.
Un equipo sumido en un mar de dudas, que a pesar de contar con muchas caras nuevas, parece seguir arrastrando el lastre de quedarse a las ouertas del ascenso a Segunda el curso pasado.