El plantel del RC Deportivo efectuó ayer en sesión matinal en el estadio de Riazor el último entrenamiento antes de medirse esta tarde al Calahorra.
A puerta cerrada en el escenario de la importante contienda de esta tarde, el técnico blanquiazul Borja Jiménez puso todo de su parte para recuperar el ánimo de un vestuario ‘tocado’ por la mala racha de resultados reciente.
El equipo, después de un calentamiento con diversos juegos, realizó diversas probaturas tácticas en un partidillo llevado a cabo a tres cuartas partes del campo.
El míster abulense tendrá que recomponer su once después del desgaste físico y anímico del pasado miércoles en el revés experimentado ante el Racing de Santander.
Antes de comenzar el trabajo en la previa a la 24ª jornada del torneo de la regularidad, jugadores y cuerpo técnico revisaron en vídeo los errores cometidos ante los cántabros.
A continuación y al igual que en Abegondo el pasado viernes, la escuadra coruñesa prestó atención
especial a la finalización, un aspecto en el que el Deportivo se ha mostrado romo en sus tres últimas apariciones ligueras, con tan solo un tanto a favor frente a Real Unión de Irún (1-2), SD Logroñés (1-0) y Racing de Santander (0-1).
En este sentido, la totalidad de futbolistas, en especial los de perfil ofensivo, sometieron a un constante bombardeo de remates a los tres porteros participantes en la sesión: Ian Mackay, Pablo Brea y Alberto.
A la conclusión del test preparatorio, el cuerpo técnico de Jiménez hizo pública la lista de convocados para enfrentarse al Calahorra; una nómina integrada por 23 hombres, con las ausencias de Víctor García por lesión y de Juergen Elitim por sanción —acumulación de tarjetas amarillas—.
La formación herculina tiene la obligación de regresar a la senda de la victoria después de una mala serie de resultados, con ningún punto conquistado de los últimos nueve posibles.