Yeremay Hernández fue de menos a más en la pasada temporada 22-23, que inició en el más oscuro ostracismo y que concluyó erigiéndose como una de las mayores promesas del club, haciendo alarde de desparpajo, regate y gol.
‘Peke’ creció a lo largo de la pasada campaña, pasando prácticamente desapercibido para los dos primeros entrenadores del curso herculinos, Borja Jiménez y Óscar Cano, antes de postularse a la titularidad con Rubén de la Barrera.
Uno de los canteranos con más ‘chispa’ de los que subieron al primer equipo en la 22-23, no lo tuvo ni mucho menos sencillo para poder mostrarse en el escaparate del primer equipo.
En la mayor parte de sus 21 apariciones del pasado ejercicio fue suplente, saltando al terreno de juego generalmente en la última media hora de cada contienda.
Yeremay solo fue titular en dos choques del torneo de la regularidad, correspondientes a las dos últimas jornadas, ya bajo la batuta de un Rubén de la Barrera que buscaba una metamorfosis casi total con la mirada puesta en el playoff de ascenso.
En los 414 minutos de los que dispuso anotó dos dianas —frente a Cultural Leonesa (2-2) y Algeciras (4-0)—, ambos en el estadio de Riazor.
La llegada al banquillo del granadino Óscar Cano en la jornada octava no proporcionó esperanza al panorama de un hábil punta que en varias ocasiones salvó los muebles para el colectivo herculino.
Concretamente en la jornada 22ª, frente al Mérida en Riazor, Yeremay se sacó de la manga en los pocos minutos que llevaba sobre el terreno de juego un penalti al filo del tiempo reglamentario que supuso el 1-0 final, obra de Quiles desde los once metros.
‘Peke’ se marchó ovacionado del municipal herculino pero su entrenador no tuvo siquiera la decencia moral de brindarle unos minutillos de juego en el siguiente encuentro de los blanquiazules, ante el San Sebastián de los Reyes en el estadio Nuevo Matapiñonera (0-0), donde el Deportivo necesitaba sumar de tres en tres para acechar el liderato.
Aunque su preparador se deshacía en elogios hacia su persona en sala de prensa, estas alabanzas no se veían traducidas en presencia sobre el césped.
Después de haber sido de la partida inicial con Rubén de la Barrera frente a Algeciras y Pontevedra, en las jornadas de Liga 37 y 38, respectivamente, la oportunidad de oro para Yeremay llegó en la trascendental promoción de ascenso ante el Castellón.
En la ida de Riazor, el palmense de solo 20 años disputó los 90 minutos de la victoria por 1-0 —gol de Svensson—.
En el compromiso de vuelta, Yeremay gozó de 72 minutos, con la realización de una diana a pase de Lucas Pérez que suponía el momentáneo 2-1 con el que el Depor se reenganchaba a la eliminatoria tras un inicio caótico de 2-0 en contra.
Con contrato en vigor en A Coruña hasta 2025 y una cláusula de un millón de euros, está llamado a ser uno de los mayores talentos del club.