Vigo se sigue aferrando con fuerza a la posibilidad de convertirse en una de las sedes españolas del Mundial 2030 y continúa ejerciendo presión, sobre todo por parte de la figura de Abel Caballero, para añadir la candidatura de Balaídos a los once estadios ya confirmados, entre los que está Riazor, para albergar la cita internacional. El alcalde de la ciudad olívica es el principal generador de esas presiones que tienen como objetivo poner en valor la propuesta de Vigo menospreciando ciertos aspectos de otras candidaturas, especialmente la de A Coruña, que considera de algún modo como rival a pesar de contar ya con un puesto confirmado entre las sedes definitivas.
Entre representantes federativos se deslizó en las últimas horas el hartazgo por las presiones de Abel Caballero, quien en anteriores reuniones argumentó unos hipotéticos problemas económicos del Concello de A Coruña y la huelga de la empresa de recogida de basuras que tiene a la ciudad herculina en una situación delicada como un motivo para hacer de menos el proyecto coruñés. Una estrategia para tratar de resaltar la candidatura viguesa por encima de la herculina, aunque sea ésta la que tiene el apoyo nítido de la RFEF a través de la evaluación de su comisión técnica.
No obstante, Abel Caballero afronta una situación similar, aunque de menor magnitud, en su propia ciudad. En un marco de huelga indefinida promovida por los trabajadores de la UTE Zonas Verdes, concesionaria municipal del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Vigo, en las últimas horas se han intensificado las protestas con la profusión de desperdicios de comida, plásticos y otros residuos por algunas zonas de Vigo como Gran Vía, Samil y otros paseos y playas.
Abel Caballero, que curiosamente es hijo adoptivo de A Coruña, no levanta el pie del acelerador en su empeño de convertir a Vigo en sede del Mundial 2030. Además de las críticas hacia otras candidaturas, el alcalde olívico ha aprovechado las últimas semanas, mientras no se toma una decisión definitiva respecto a la posible inclusión de Vigo y Valencia a las once sedes ya confirmadas, para seguir haciendo campaña en favor de la candidatura del estadio de Balaídos.
En primer lugar, Caballero afirmó en la Cadena Ser que el de Vigo es “un proyecto muy potente y excepcional y que así lo reconoce todo el mundo”, además de reiterar que es presentado por una ciudad que “no solamente no tiene un céntimo de deuda sino que tiene 120 millones de euros de remanentes”.
Por otro lado, el político socialista recalcó que Balaídos únicamente tendría que acometer una ampliación en la grada de Tribuna para poder alcanzar el aforo para 45.000 espectadores que exige la FIFA.
“Partimos de un estadio recién construido, con tres gradas hechas, y con solo una ampliación necesaria de la grada de Tribuna”, comentó Caballero en relación a una grada que acaba de ser reformada entre críticas del propio Celta y de gran parte de sus aficionados.
A pesar de presiones conocidas por este diario y los menosprecios a otras candidaturas, Caballero defendió públicamente que la propuesta de Vigo “no va contra nadie” y criticó al presidente de la Real Federación Galega de Fútbol, Rafael Louzán por “dar a conocer puntuaciones que ninguno conoce”. “Ya hablaremos de quién tomó la decisión de apartar a Vigo”, deslizó el alcalde.
El propio Louzán confirmó a este diario el pasado tres de julio que “A Coruña está evidentemente dentro de las once sedes” de cara a albergar el Mundial en el año 2030. Es cuestión de tiempo, en concreto antes de que finalice el mes de julio, que se oficialice el estadio de Riazor como uno de los escenarios de la cita internacional, mientras que las candidaturas de Vigo y Valencia siguen trabajando contra reloj para entrar en la selección final, que fue aplazada debido a la celebración de la Eurocopa 2024.
Con la composición de once sedes, la comisión directiva de la organización del Mundial 2030 tiene previsto que el estadio de Riazor acoja cinco partidos, entre encuentros correspondientes a la fase de grupos y al menos uno de los dieciseisavos de final. Un escenario que cambiaría si finalmente la FIFA acepta que España cuente con trece sedes en lugar de las once previstas inicialmente.
Camp Nou y RCDE Stadium (Barcelona), Santiago Bernabéu y Metropolitano (Madrid), San Mamés (Bilbao), Anoeta (San Sebastián), La Nueva Cartuja (Sevilla), La Romareda (Zaragoza), La Rosaleda (Málaga), Gran Canaria (Las Palmas) y Riazor (A Coruña) son las once sedes seguras.