Con la salida de Óscar Marotías y Alejandro Pereira, el Fabril pierde a dos centrales que han acumulado grandes cantidades de minutos durante su etapa defendiendo la elástica blanquiazul. No fueron dos bajas que cogieran a nadie por sorpresa. Ambos finalizaban contrato el próximo 30 de junio y el anuncio de su marcha era cuestión de tiempo.
Ahora, el cuadro dirigido por Manuel Pablo, buscará realizar una reconstrucción en la parcela defensiva, donde a estas alturas cuenta con Aarón Sánchez y Damián Canedo como centrales. Es ahora y en esa posición donde entra en escena la vuelta de un cedido y la promoción de un jugador que todavía afrontará en la próxima campaña su último año como juvenil.
Quien parece inevitable que vaya a consagrar su ascenso al Fabril es Samu Fernández (Narón, 2007). En la campaña que finalizó de forma reciente, el defensor actuó en mayor medida con el Juvenil A, con el que cuajó un buen año. Sus actuaciones, de hecho, le sirvieron para llamar a la puerta del filial blanquiazul e incluso del primer equipo.
Se estrenó con el Fabril en la jornada 10 de la Segunda Federación. Gilsanz, todavía técnico del filial, lo citó para medirse al Guijuelo y, la tempranera lesión de Pablo García precipitó su debut con el Dépor B. Entró en el minuto 15 y demostró valía en sus primeros compases. No fueron los últimos. De hecho, cerró la temporada con 459 minutos en el filial, divididos en siete encuentros.
Por si fuese poco, solo un fin de semana más tarde, el nombre del ferrolano figuró en la convocatoria del primer equipo para medirse al Eibar, en Riazor.
Samu estuvo presente en cuatro convocatorias más del Deportivo. También en varias sesiones de entrenamiento. Y es precisamente su capacidad de adaptación a cualquier faceta del juego la que le permite quemar etapas a pasos agigantados. Puede jugar como lateral, aunque en ambas posiciones es un ganador de duelos.
Por sus condiciones, pero también por la madurez que muestra sobre el verde, parece inevitable que Samu Fernández vaya a ser uno de los centrales de garantías para Manuel Pablo en la próxima temporada.
Regreso a casa
Otro que gana enteros para formar parte de la plantilla del filial blanquiazul es Rubén Vilela (Ribadeo, Lugo, 2005). El central, con contrato hasta junio de 2026, se marchó a la Sarriana, de Tercera Federación, en calidad de cedido. Su temporada todavía no ha acabado y puede lograr el ascenso a la misma categoría en la que se encuentra el Fabril. Tras eliminar al Estradense en la semifinal del playoff de ascenso, el conjunto lucense en el que milita Vilela se jugará la plaza en Segunda Federación ante el Atlético Pulpileño.
Su campaña como cedido no le está yendo nada mal. No solo por los logros que está alcanzando su equipo, sino también a nivel individual. En su primera experiencia tras concluir su etapa formativa, Vilela logró hacerse con el puesto. Y eso que en la jornada dos, en un golpe fortuito, sufrió una fractura en su nariz que le obligó a pasar por quirófano y a estar fuera durante cuatro semanas. A pesar de ello, pudo concluir la liga regular con 17 partidos disputados. Pero su faena en la Sarriana todavía no ha acabado. Por delante le quedan dos partidos para lograr un ascenso que colocaría a su equipo en la misma categoría que el Fabril.
Es un jugador al que Manuel Pablo conoce bien. Durante su etapa en el Juvenil A, en la temporada 2023-24, el técnico grancanario contó con el de Ribadeo en la plantilla. Le alineó en un total de 22 partidos de liga y anotó dos dianas.
En esa misma campaña, Óscar Gilsanz, por aquel entonces entrenador del filial deportivista, le hizo debutar ante el Racing Villalbés. Como si de un preludio se tratase, Vilela entró en el minuto 86 por Pereira y ahora, tras coger rodaje de mano de la Sarriana, se postula como candidato para suplir al mismo en la próxima temporada.
Todavía no se conocen las intenciones del cuerpo técnico, aunque Samu y Vilela se postulan como serios candidatos a pelear el puesto con Canedo y Aarón.
