El 22 de junio de 1997 es una fecha que quedará marcada para siempre en la memoria del Fabril y del Córdoba. Ese día, ambos equipos se midieron en un Arcángel a reventar en un choque que pertenecía a la liguilla de ascenso a Segunda División. El conjunto califal partía como favorito pues había realizado una estupenda campaña, pero los blanquiazules no se dejaron intimidar ni por el ambiente ni por sus rivales y consiguieron una proeza única: ganaron por un contundente 1-4. Un resultado que sigue doliendo y mucho en la ciudad andaluza.
Pero antes de llegar a ese desenlace, es necesario hacer un repaso a una temporada espectacular, pero que el Fabril no pudo culminar con el ascenso. El Córdoba, por su parte, tampoco lo pudo conseguir ya que esa derrota en casa contra el filial del Deportivo provocó un empate a puntos con el Elche, que fue el club que se llevó el premio gordo.
La campaña 1996-97 fue una de las más emblemáticas tanto para el Fabril como para el Córdoba en su estancia en la ya extinta Segunda División B. Fue un curso que desde el inicio se preveía que acabaría en locura como así sucedió.
"Guardo un gran recuerdo de ese partido porque fue mi debut en Segunda B" (Dani Mallo)
El conjunto herculino, enmarcado en el Grupo 1, comenzó como un tiro la competición, logrando ocho victorias en las primeras diez jornadas por lo que rápidamente estuvo entre los cuatro primeros puestos que permitían jugar la liguilla de ascenso. Conforme pasaron los partidos, los de Carlos Ballesta no bajaron de la quinta posición, para sorpresa de muchos. El equipo aunó mucha calidad en la plantilla y un estilo de juego vistoso que le hizo ganar muchos encuentros, hasta el punto de que en las jornadas 25, 27, 28, 29 y 34 llegó a liderar la clasificación. Sin embargo, dos empates y una derrota en los últimos encuentros de liga le relegaron a la cuarta posición.
En el grupo 4, el Córdoba empezó de la peor manera posible ya que tuvo tres entrenadores cuando apenas se había disputado un tercio del campeonato –Perico Campos, Juan Verdugo y Eduardo Chato González–. Con este último, los andaluces empezaron a remontar hasta el punto de acabar primeros. Los resultados logrados en ambas ligas depararon que el Fabril y el Córdoba se cruzasen en el Grupo A junto a Elche y Barakaldo para intentar conseguir el ascenso a Segunda División.
En la liguilla, al Fabril le costó arrancar ya que no pudo ganar hasta la tercera jornada en la que se midió al Elche (2-0). A partir de ahí, los de Ballesta cogieron confianza y cambiaron radicalmente. Tras empatar contra el Barakaldo (2-2), llegó el día que quedó grabado en la historia del Córdoba.
“Guardo un gran recuerdo de ese día –22 de junio de 1997– porque fue mi debut en Segunda B. Llevaba todo el año a la sombra de Fran (Francisco José Martínez Nión), que era el portero titular, pero tuvo varicela y pude debutar en El Arcángel. Fue una pasada jugar tu primer partido en esa categoría, en ese estadio y con tanta gente”, rememora un Dani Mallo que estaba dando sus primeros pasos como futbolista profesional.
Debido a que el conjunto blanquiverde podía ascender, su afición llenó El Arcángel hasta la bandera, para tratar de intimidar a los blanquiazules.
“Sabíamos que podía haber mucha gente y que iba a ser un partido duro porque el Córdoba, junto al Elche, era el mejor equipo, pero íbamos muy preparados. Teníamos un buen grupo y estábamos convencidos de que podíamos aguantar esa presión de la gente y del Córdoba”, asegura.
Los de Carlos Ballesta no notaron nada esa presión ejercida por la grada ya que apenas transcurrieron diez minutos de partido cuando Carlos Padín adelantó a su equipo.
“Empezamos muy bien, creando muchas ocasiones y apenas estábamos recibiendo peligro. Todo el equipo estaba espectacular, pero especialmente Padín que marcó el primer gol”, recuerda el cambrés.
Ese tanto dio energías renovadas al equipo, pero no pudo marcar más en la primera mitad. Tras el descanso llegó el aluvión de goles. Primero anotó David Fernández y luego Maikel Hermann Naujoks.
Poco después, el Córdoba recortó distancias por medio de José Torres. A eso se le sumó la expulsión de Marcos Lema, por lo que la afición andaluza redobló sus esfuerzos. Con todo, el Fabril no se amilanó y fue a buscar el cuarto. Su insistencia tuvo premio ya que en el minuto 83 Rubén Coméndez puso el 1-4 y completó así el ‘Fabrilazo’. Aquel día Ballesta alineó a Dani Mallo en la meta, César, Aira, Lema y Vilariño en la zaga, Viquiera, Sanromán, Miguel Figueira y Padín en mediocampo y David y Maikel en la delantera. También jugaron el delantero Rubén Coméndez, el lateral zurdo Javi Fuentes y el mediocentro Diego.
“A lo mejor nadie contaba con ese resultado, pero estuvimos a un nivel altísimo” (Dani Mallo)
En referencia al resultado, Dani Mallo señala que se debió a que el equipo estuvo a un nivel superlativo. “Todo el equipo estuvo a un nivel altísimo y eso nos sirvió para sacar ese resultado que a lo mejor nadie contaba con él”, dice.
“Fue increíble debutar ganando de esa manera. Es un recuerdo muy chulo de mi época en el Dépor B”, finaliza el guardameta coruñés.
Con todo, no pudo culminarla con el ascenso tras caer en Riazor contra un Córdoba que tampoco logró su objetivo.