El Fabril tenía que esperar el fallo de dos de sus rivales en la lucha por estar en playoff y no fallar en su visita al Laredo. Y todo se dio como se tenía que dar. Ahora el filial blanquiazul retoma los mandos y vuelve a depender de sí mismo para disputar el playoff de ascenso. 

Atravesaba el equipo blanquiazul un tramo complicado, en el que la faceta ofensiva estaba atrancada, cuando menos falta hacía. Sin embargo, en tierras cántabras, los futbolistas del Fabril se desquitaron de la mejor manera posible: con una goleada para aprovechar el tropiezo de sus adversarios.

Sobre el verde del San Lorenzo pasaban los minutos con el 0-0 en el electrónico. Un resultado que al Fabril no le valía para nada. De hecho, el descanso llegó sin goles. Pero en la segunda mitad, el conjunto blanquiazul hizo valer su pólvora, pisó el acelerador y volvió a abrir la lata de las dianas. 

Mane, que aún no sabía lo que era celebrar un tanto propio con la elástica del Dépor, lo hizo por partida doble; Nsongo se unió a la fiesta y replicó a su compañero en la celebración con un mortal hacia atrás. Solo tres minutos después Alfaro amplió a siete su casillero personal en la que ya es su mejor temporada goleadora y, tras el tanto del Laredo, Kevin puso fin a su sequía goleadora.

El Fabril necesitaba a su máximo artillero en este tramo final y, aunque tuvo poca influencia en el marcador, el ‘10’ necesitaba volver a marcar.

Si las cuentas estaban claras antes, ahora lo están más. No era sencillo recuperar el quinto puesto, pero la facilidad goleadora mostrada en Laredo, junto con los fallos del Langreo —derrota 3-1 ante el Salamanca— y Rayo Cantabria —derrota 1-0 frente al Coruxo— devuelven al equipo dirigido por Manuel Pablo el control para jugar el playoff. Ganar a la Gimnástica de Torrelavega es el último paso para lograrlo.