En la pasada temporada, el filial blanquiazul sufrió una completa revolución. La plantilla para afrontar la 2024-25 pasó a convertirse en un proyecto prácticamente nuevo, con muchas fichas de jugadores recién llegados y pocas que ya sabían lo que era enfundarse la elástica del Deportivo. Con todo ello, el balance final, a pesar de haber quedado apeados de la lucha del playoff de ascenso a Primera Federación en la semifinal a manos del UCAM Murcia, es más que positivo. Sobre todo si se tiene en cuenta que el objetivo marcado al principio de la campaña era el de alcanzar la permanencia en Segunda Federación.

Ahora todo lo conseguido ya queda atrás. Porque así es el fútbol. Para lo bueno y para lo malo, el ayer pasa a un segundo plano. El reto más cercano del Fabril, o más bien de la dirección deportiva, es el de afrontar la planificación de la temporada siguiente. Y a diferencia de lo que ocurrió al finalizar la 2023-24, esta vez el filial deportivista mantiene el grueso del grupo.

Solo seis futbolistas acaban contrato. Incluso uno de ellos llegó con opción a firmar otro año más. Darío Germil, Pereira, Marotías, Alfaro, Mane y Bil Nsongo son los únicos que, el 30 de junio, dejan de pertenecer a la entidad blanquiazul. Eso siempre y cuando no se alcance un acuerdo de renovación. De esos seis, Bil firmó por una temporada con posibilidad a una ampliación de contrato. 

Alfaro y Marotías se convirtieron en indiscutibles en el esquema de Manuel Pablo. De hecho, el alicantino cerró la campaña siendo el futbolista con más minutos de toda la plantilla; el central, el tercero.

Todavía no se conocen las intenciones del club ni las propias de los jugadores, aunque ambos podrían ser dos piezas que la entidad deportivista se plantease renovar para buscar un nuevo asalto a Primera Federación. O quién sabe si alguno puede entrar en los planes del primer equipo.

Un proyecto continuista

A diferencia de lo que pasó en la temporada pasada, a estas alturas del año ya se puede intuir una continuidad en el proyecto del Fabril. Si bien es cierto que algunos de sus principales engranajes terminan contrato, no se estima que vaya a estallar la revolución de la 2023-24. 

De toda la plantilla que compitió en este ejercicio en Segunda Federación, apenas siete habían formado parte del filial blanquiazul en la campaña anterior. A esos siete se le suman cuatro juveniles que participaron en varias sesiones de entrenamiento a las órdenes de Gilsanz e incluso llegaron a debutar en el Fabril como fueron Samu Fernández, Manu Ferreiro, Rubén Fernández y Adrián Guerrero. 

En el caso de Manu y Guerrero, ambos se han erigido como las grandes revelaciones de esta temporada. Manuel Pablo ha encontrado en los dos futbolistas, todavía en edad juvenil, un potencial ofensivo que les ha llevado a convertirse en dos perlas de la cantera blanquiazul.

Salvo un giro de guion, como mucho, el Fabril afrontará seis bajas de cara a la 2025-26. El año pasado, tuvo que hacer frente a catorce salidas, a las que se sumaron seis cesiones —Brais Suárez, al Calahorra; Vilela, a la Sarriana; Nájera, al Logroñés; Hugo Villaverde, al Arosa y David Domínguez y Álex Delgado, al Betanzos—.

A ese total de veinte bajas, se suman también las de Rubén López, cedido al Barça Atlétic; Martín Ochoa, de préstamo en el Lugo y Diego Gómez, que empezó cedido en el Arenteiro y regresó para reforzar al Deportivo en enero. Aunque los tres estuvieron en dinámica del primer equipo, todos tuvieron participación en el B.

Aunque en menor medida que en la campaña pasada, ahora es momento de tomar decisiones en la planificación del equipo filial, que salvo terremoto de última hora, mantendrá el grueso de la plantilla.