“La vida en equipo es mucho mejor”. Palabra de Irene Ferreras. La comunión el Depor Abanca y el estadio de Riazor tendría que ser perfecta en un partido en el que todo apuntaba al ascenso a la Liga F; y sí, la comunión fue perfecta. El nombre oficial del estadio ha cambiado, al menos durante unas horas, en un ya 21 de abril de 2024 histórico, para denominarse Depor Abanca-Riazor. Un gol de la MVP Ainhoa al filo del descanso y dos de la pichichi Millene en la segunda mitad dieron la victoria ante el Cacereño. No habría hecho falta porque el Barcelona B goleó al Espanyol, pero ganando sabe mucho mejor. El Deportivo es de máxima categoría.
Con dos novedades en el once inicial -Sara Debén en el lateral izquierdo y Marta Charle por delante de ella-, el Deportivo fue dominador desde el pitido inicial y buena prueba de ello fueron los cuatro saques de esquina consecutivos antes del minuto 10. Con ansia y muchas ganas, el equipo blanquiazul hundió al Cacereño, armado en un 1-4-1-4-1, cerca de su portería. La ausencia de ocasiones claras provocó, a medida que transcurría el choque, prisas y que los ataques durasen cada vez menos. De hecho, la primera llegada importante al área fue del rival. Henar cometió penalti sobre Nora pero la árbitra no lo entendió así.
Como un tiempo muerto en el baloncesto, la pausa de hidratación del primer acto no sólo sirvió al Deportivo para refrescarse sino también para aclarar las ideas y para convertirse, de nuevo, en un equipo punzante. Ayudó el cambio de banda de las extremos: Charle a la derecha y Ainhoa a la izquierda. La ‘14’ blanquiazul pasó a ser totalmente desequilibrante.
Después de una brutal ruleta de Paula que terminó con un tiro fuera por muy poco, Ainhoa cobró protagonismo. En el 37 puso un balón al segundo palo que la central Inés remató de volea al palo.En el 43 volvió a intentarlo con un envío cerrado y pasado y la que surgió entrando desde segunda línea fue otra defensa, Cris, mandando el cuero al lateral de la red. La pelota no quería que el nombre de Ainhoa figurase como asistente en un día histórico pero sí como goleadora. También con un centro lateral, pero desde la derecha, Charle colgó con la menos buena -la zurda- interpretando la ruptura en diagonal de Ainhoa. Ganó la espalda de María Jesús y en un intento de control, el balón, la propia ‘14’ y el alma de Riazor acabaron arañando la red. Era el 1-0 justo antes del intermedio. El psicológico, el de la confianza.
La segunda mitad sirvió para demostrar que no sólo las piezas ofensivas tienen protagonismo en un partido de ascenso. Yohana salvó al equipo con un paradón sensacional tras un defectuoso paso atrás de Cris demostrando una concentración y atención descomunales en el primer minuto tras la reanudación después de apenas haber intervenido en todo el primer período. Sólo cinco minutos después llegó el gol que, ya de verdad, hizo que el banquillo deportivista explotase para celebrar el gol con las jugadoras que estaban sobre el césped. Ainhoa recibió por dentro, se asoció con Lucía y esta metió un pase sensacional al desmarque de Millene. En una de las primeras pelotas que recibió en ventaja dentro del área soltó un trallazo al primer palo imparable para Delia Baz.
Récord
Con 2-0 en el electrónico, con buen juego, con un rival que cada vez concedía más espacios y con el Barcelona B goleando al Espanyol, quedaban dos momentos importantes: el primero, el de la asistencia oficial, que fue, como no podía ser de otra manera, de récord: 14.057 almas alentando y llevado en volandas a las futbolistas del Depor. El segundo y más esperado era el pitido final, pero la árbitro manchega Nuria Sánchez García quiso prolongar una mañana soleada y ya inolvidable en A Coruña. Añadió siete minutos y eso permitió que la fiesta en la grada se alargase pero también que las futbolistas y el cuerpo técnico del banquillo deportivista se impacientasen esperando la señal de la colegiada para poder festejar por todo lo alto.
El 2-0 en contra y los cambios realizados por Ernesto Sánchez terminaron por soltar a nivel ofensivo a un Cacereño que durante prácticamente una hora situó a prácticamente diez futbolistas por detrás del balón. En los últimos 30 minutos de partido, el cuadro extremeño modificó su planteamiento a nivel ofensivo tratando de ser más combinativo, lo que implicó más riesgo en el posicionamiento de las defensas. De algún modo consiguió llegar más veces al último cuarto de campo pero también se desprotegió en cuanto a vigilancias. Esa circunstancia permitió al Depor atacar la espalda y los costados de la línea defensiva rival e, interpretándolo bien, Irene refrescó las bandas con las entradas de Laurina por derecha y Carlota por izquierda.
En una situación de riesgo, el Cacereño cometió un error en área propia con el que no se la habría jugado con 0-0 o 1-0 en el marcador: Leivis cometió penalti sobre Ainhoa. Millene agarró la pelota para engañar a Delia Baz y anotar el de la sentencia. La brasileña marcó su gol número 15 a falta de una jornada para que termine la liga y antes de abandonar el terreno de juego para recibir la ovación de la grada. La número 10 del Depor, que en la primera mitad estuvo controlada por parte de las centrales del Cacereño, se encontró más liberada en la segunda fruto del desgaste.
Irene quería frescura por fuera y así lo demostró con cuatro de sus cinco cambios. Las dos laterales que salieron de inicio –Cris en la derecha y Sara en la izquierda–, la extremo Charle y la delantera Millene permitieron que la entrenadora madrileña renovase las dos parejas exteriores terminando Samara en el lateral derecho, la canterana Elena en el izquierdo, Laurina en el extremo derecho y la coruñesa Carlota Sánchez en el izquierdo con Ainhoa, que completó los más de 90 minutos, en la posición de falso punta.
Y al final...
“Y al final quiero verte de nuevo contenta”, que cantaría Bunbury. Llegó el deseado pitido final después tras siete minutos de prolongación y de encajar un anecdótico gol en un desliz de Elena. Y el Depor Abanca-Riazor vibró porque ya es de Liga F.
Como en cuestiones de temperatura y sensación térmica, las 14.000 personas que estaban presentes en Riazor, se convirtieron en por lo menos más de 20.000 cuando, por la megafonía, sonaron ‘Stamp on the ground’ y ‘Será porque te amo’. Fiesta, celebración, felicidad, emoción, alegría, banderas y selfies de unas futbolistas que, por fin, son de Primera.
