El OAR Coruña se presentaba en tierras canarias con la condición de líder provisional y con ganas de convertirlo en definitivo. En frente, tenía a un Lanzarote que quería volver a la senda de la victoria ante su público, por lo que iba a salir muy motivado. Y así fue.

En los primeros instantes del partido, los locales hicieron valer su condición y comenzaron atacando con todo y no dejando huecos en defensa, por lo que el OAR se ahogaba entre la muralla que estaba montada. El equipo herculino lo intentaba pero la puntería, que otras veces le acompañó parecía serle esquiva. 

Mientras, su rival metía todo y aprovechó para sacar ventaja e irse con una renta de cinco goles al descanso.
A la vuelta de los vestuarios, el OAR salió con otra cara. Mucho más agresivo y con una mejor defensa, lo que cogió desprevenidos a sus rivales. Sin embargo, gracias a la renta que habían logrado, pudieron controlando el tempo del partido, pero con cierto peligro.

Tanto estuvieron jugando con eso, que el OAR se colocó a un solo gol de distancia, para alegría visitante y desesperación local. Con todo, el Lanzarote no se puso nervioso, y en las jugadas decisivas, volvió a mostrar esa puntería que abandonó, de nuevo al OAR.

Finalmente, los locales se llevaría el triunfo para tristeza local. Sin embargo, los jugadores de Pablo Aguirregabiria deberían estar contentos por cómo fueron capaces de reaccionar cuando era más necesario hacerlo.