El Arteixo, que es un equipazo, se encontró con las facilidades de un Laracha al que le cuesta un mundo conseguir puntos y, sobre todo, victorias. El equipo de Juan Riveiro empezó el partido, casi sin descuidarse, ganando por 1-0 –regalo grosero de Brais en el minuto 2–. Pablo Ramos, que anotó el 1-0, asistió en el 2-0 a Aitor. No se había cumplido ni un cuarto de hora de juego. Con 2-0 al descanso, el conjunto rojiblanco asestó una última estocada en el 61, con un golazo de falta directa de Edu por el palo del portero.

Para tratar de combatir el 1-4-1-4-1 del Arteixo –con Mauro fijo por delante de los centrales, con Naya y Edu más sueltos por dentro, con Ramos y Aitor por fuera y Taibo en punta–, el Laracha apostó por un 1-5-3-2 con un doble pivote –Sito y Parafita– y por Cotelo en la mediapunta, quizá para tapar al pivote rival –Mauro– en la salida. La pareja de delanteros la compusieron Totó y Vila (sacrificado en el descanso).

Para que un equipo de la parte baja le pueda competir al líder destacado de una categoría no puede conceder en la zona de iniciación. Y eso fue lo que hizo en el minuto 2. Brais se lió, se enrolló, se complicó en exceso en la salida de balón con una conducción que se veía a leguas que no terminaría en buen puerto y el Arteixo solo necesitó dar un pase hacia delante para encontrar a Pablo Ramos, escorado en la derecha. Solo ante Míguez solo necesitó un toque de seguridad con la zurda para hacer el 1-0.

El extremo derecho del Arteixo fue protagonista también en el 2-0, en el minuto 13. Sacó un buen centro desde la banda derecha sin que el trío de centrales del Laracha fuese capaz de despejar. el cuero se paseó por el área pequeña hasta llegar al segundo palo, donde Aitor remató a placer.

Gabri, el mejor del Laracha, creó problemas al Arteixo por la derecha. Tiene potencia, tiene buena conducción, tiene regate y, sobre todo, descaro. Pero él no solo no pudo con un entramado defensivo tan trabajado y ordenado como el del Arteixo. Sito y Parafita, dos mediocentros de buen pie, tampoco tuvieron demasiadas opciones de lucirse más que con conducciones cortas o algún pase interior. Fueron pocas las ocasiones en las que encontraron línea de pase por delante.

Naya e Iván, a pase de Ramos, tuvieron opciones para hacer el 2-0, con el que se llegó al descanso. Antes del llegar al intermedio, Alejandro Álvarez pasó a Gabri a la izquierda, movió a Bocija del central izquierdo al carril derecho y situó a Lage como central. No funcionó.

En los primeros compases de la segunda mitad, Edu sentenció el partido. El ‘Largo’, que no estuvo cómodo ni preciso como en otras citas en los primeros 45 minutos, metió un golazo de falta en el 61 y sentenció el encuentro. Los buenos jugadores hacen eso: deciden hasta cuando no tienen su día más lúcido. La última media hora sirvió a para dar minutos a los suplentes, para probar, pero no influyeron en nada en el desenlace del partido.