Marina Sánchez: “El Sporting Ciudad es un club muy familiar, es una pandilla de amigos”

El Sporting Ciudad Asociación Cultural y Deportiva acaricia los cien años de historia y Marina Sánchez de la Peña (A Coruña, 1963) es su presidenta, la única mujer al frente de un club de la AFAC. La máxima mandataria destaca que ve a su club, que cuenta con dos equipos (sénior y veterano), como “una pandilla de amigos”, aunque recalca la relevancia de un Sporting Ciudad que cumplirá un siglo en 2027.  

¿Cuánto tiempo llevas como presidenta del Sporting Ciudad ACD?

Llevo desde el 2019.

¿Cómo y cuándo nació tu vinculación con el club?

Llevo desde el 2015 como directiva del club haciendo de todo, en la vicepresidencia, haciendo bocadillos, contratando autobuses, haciendo de todo. Así que por circunstancias cogí la presidencia porque me daba mucha pena que el club pudiese llegar a desaparecer. Aunque no diría desaparecer porque somos un club que va a ser centenario en cinco años. Mis hijos se criaron en la Paza de Azcárraga y el pequeño hace dos años que jugó en el Sporting. Soy la única mujer en mi casa y a todos les gusta el fútbol. Así que si a mí no me gustaba, la tenía un poco clara. Entonces, me gusta el fútbol. Yo antes estuve en el Compañía de María y de ahí me fui al Sporting a echar una mano. Como decía un compañero de la AFAC: ‘llegué para echar una mano y me tiré 30 años’. Me quedó la frase grabada. Es que no hay relevo. La gente joven no se vincula, a no ser que cojas a un jugador que lleva toda la vida. La mayoría de clubes está en manos de gente que somos maduritos. Empieza a haber algún relevo generacional, pero a la gente no le gusta comprometerse porque esto da mucho trabajo y se hace de forma altruista, por amor a los colores. Yo espero llegar al centenario.

Me considero una más y me consideran una más, no hay diferencia

¿Tienes algo pensado ya para ese centenario en 2027?

Ahora tenemos una directiva nueva que es estupenda. He conseguido gente nueva estupenda, que me está ayudando muchísimo, y vamos a pensarlo. Aún quedan cinco años.

¿En qué situación se encuentra el Sporting Ciudad?

El club está económicamente viviendo al día, como muchos. Estamos sobreviviendo. No tenemos deudas y estamos pagando día a día. Ten en cuenta que somos un club totalmente amateur, aquí no cobra nadie. Viene todo el mundo por amor al arte y los chavales que vienen a jugar, lo mismo. El año pasado estábamos en Primera compitiendo en la zona de Ferrol con clubes a los que los apoya un pueblo entero y el Ayuntamiento y cobran todos los chicos. Es muy difícil mantenerse y hemos estado muchos años en Primera. Esperamos volver para el año. Esto ha sido una transición. Nos ha tocado una zona muy difícil. De los tres que había de Coruña, solo se salvó el Ural. El Torre y nosotros descendimos. La competición fue muy rara, hubo muchos descensos y arrastres por culpa de la reestructuración por la pandemia. Espero que este año la cosa sea más normal.

¿Cuáles son los objetivos del club a corto plazo?

El objetivo a corto plazo es mantener el club, mantener estos dos equipos, que no es fácil ni barato. La temporada pasada más porque teníamos un montón de autobuses para ir a Cedeira, hace dos años a Ortigueira... Este año creo que nos toca la zona de A Coruña o al menos más cerca. Ir a Sada, Meicende... Para eso los chavales ponen los coches pero cuando es lejos ponemos un autobús. Eso supone un incremento de gasto terrible. Respecto a las categorías inferiores tuvimos prebenjamines, benjamines y alevines hace cuatro o cinco años. Se intentó traer de un colegio de la zona pero cuando tienes los equipos formados, vienen otros equipos y te los llevan. Estamos en una zona que es muy difícil. Hay clubes muy grandes.

¿El Sporting Ciudad sigue intentando recuperar categorías inferiores?

Ahora mismo sería interesante tener un equipo de juveniles para cubrir las carencias del equipo de modestos pero no es fácil. Hay muchos equipos en la misma situación. Estamos sobreviviendo estos equipos por la voluntad de la gente que trabaja en ellos y el cariño de la gente que te rodea. Si no van a acabar jugando cuatro equipos con los A, B, C, D... Nosotros estamos dando un poco de alegría a la competición manteniendo estos equipos y un poco de variedad.  

Cuando tienes los equipos formados, vienen otros y te llevan los jugadores

¿Cómo sobrevive económicamente el Sporting Ciudad?

Tenemos a veces alguna ayuda de algún patrocinador que aparece a través de amigos y que nos echan una mano. Nosotros vivimos del ambigú, que está en la Plaza de Azcárraga y el local es en propiedad. Eso es un activo importante.

Vivir al día pero sin deudas no es algo que puedan decir todos los clubes.

Estoy contenta. Incluso cuando bajamos a Segunda el disgusto fue tremendo pero no tanto porque seguimos sobreviviendo y además no hicimos mala temporada. Creo yo. El entrenador opina lo contrario pero yo no.

¿Sigue la columna vertebral del equipo de modestos?

Se ha rejuvenecido un poco el equipo pero los pilares básicos siguen. Los chicos que llevan con nosotros un montón de años siguen todos menos uno que se retira por edad. Se han hecho algunos fichajes y se está preparando un equipo para ascender con la continuidad del entrenador Carlos Piñeiro ‘Matute’.

¿Cómo ha afectado la pandemia al club?

Principalmente nos afectó en los ingresos porque el ambigú estuvo cerrado. Cuando se empezó a poder salir y abrir de nuevo se tuvo un cariño con el que lleva el ambigú. Y me gustaría destacar que los chavales vinieron todos. Se hizo una llamada y volvieron todos. Estoy muy orgullosa de ellos, tienen un compromiso espectacular. En otros equipos los incentivan de otra manera y aquí los incentivamos con cariño y de vez en cuando una cena. Quiero resaltar el compromiso de los jugadores y del cuerpo técnico. Siempre digo en las cenas ‘vuestro compromiso me tiene alucinada’. Y es lo que cobran, una cena.

¿Así es muy difícil competir con otros clubes?

En la zona de Ferrol, imposible. Y aquí... pues también imposible (risas). Además, yo quiero que la gente que venga, venga porque quiere. No me gusta quitar jugadores y no me gustan los tratos que se hacen a veces hablando con los chavales por la espalda sin hablar con presidentes ni con el cuerpo técnico. Hablan con un chaval, se lo llevan y tú te enteras tarde. Eso no me gusta.

¿En qué punto está el club respecto al fútbol femenino?

Que más quisiera yo que hacer equipo femenino, sobre todo yo siendo la única mujer en este mundo de hombres. Aunque yo me considero que soy una más. Y me consideran una más, no hay ninguna diferencia. Estoy encantada tanto con mis compañeros de la AFAC como con los demás presidentes. No tengo más que elogios para ellos. No ha habido ningún feo ni ningún desplante. Yo me considero una más. Estoy aquí por circunstancias porque dije ‘venga, vamos a dar un paso adelante para que esto siga vivo’. Pero como lo hice yo, también lo pudo hacer otra persona. No lo hice para reivindicar nada, simplemente fue para mantener el club. Estoy agradecidísima a todos mis compañeros de la AFAC y de la junta directiva.

¿Cuál es tu punto de vista sobre la AFAC?

Es la joya de la corona. Gracias a la AFAC sobreviven los clubes, sobre todo los clubes como el nuestro. Campos, mutualidades, arbitrajes... Sin la AFAC sería inviable. Ten en cuenta que no cobramos a nadie y no pagamos a nadie. Vivimos de que alguien nos patrocine, de que alguien nos regale un juego de camisetas y de los ingresos del ambigú. Queremos intentar poco a poco aumentar equipos pero de momento así estamos. Es la joya de la corona. La gestión es impecable y el trabajo de la junta directiva también es impecable.

Si tengo ayuda, me gustaría seguir cinco años; 
espero llegar al centenario 
 

Has dicho que eres la única presidenta de un club de la AFAC. ¿Te hace sentir orgullo?

Me siento orgullosa pero por mí misma, no por ser mujer. Me siento orgullosa por sacar esto adelante porque esto te come  mucho tiempo. Animo a las chicas a que entren en los clubes. Ahora, con el auge del fútbol femenino, esto va a cambiar. Esto tiene que cambiar. En la zona de Ferrol ya hay varias presidentas y también hay muchas mujeres en la juntas directivas. Es estupendo.

¿En qué te gustaría que se diferenciarse el Sporting Ciudad?

Somos un club muy familiar con un trato muy humano. Es un club casi centenario que lleva muchos años en el fútbol modesto, sabe lo que es el fútbol modesto y amateur y aquí hay amor a los colores. Quiero que los chavales vengan a pasarlo bien, a hacer deporte y a jugar. Aunque sean mayores, que vengan a disfrutar y a formar un equipo. Ahora mismo son un vestuario maravilloso. Salen de cena, van en pandilla, salen juntos, van al Depor... El Sporting Ciudad es una pandilla de amigos.

Supongo que tienes que agradecer a muchas personas que el Sporting siga en pie.  

Desde luego que hay que agradecer a muchas personas pero  me gustaría nombrar a dos personas por afecto y cariño. Uno se llama Miguel Quiroga, un directivo que lleva toda la vida en el Sporting. Es una persona generosa que nos ayuda muchísimo sobre todo con labores farragosas como llevar el ambigú. Y también quería nombrar a Basilio Barral, que fue el presidente del Sporting y el dueño de Viajes Barral, una persona conocidísima en el fútbol de Coruña. Fue fundador e impulsor de la AFAC y también fue impulsor de la Asociación de Fútbol Veterano. Tristemente ya falleció.

¿Cómo vives tu cargo como presidenta? ¿Sufres mucho?

Yo sufro, me trago todos los partidos. Cojo el coche y voy a A Grela, a Ferrol, a Cedeira... Pero sufro mucho por ellos. Más que por el resultado, sufro por ellos porque sé que lo pasan mal si no van bien las cosas. Este año tuvimos muchas lesiones que nos machacaron y la inactividad también nos pasó factura. Se nos lesionaron cuatro o cinco pilares y, claro, son chicos con familias y trabajos y no pueden forzar. Además, tengo que destacar que vienen con una ilusión... De verdad que los admiro.

¿Ves factible llegar en el cargo hasta el centenario?

Si tengo ayuda, me gustaría seguir cinco años. Y si no puedo por lo que sea, me gustaría dejar a alguien que sienta de los colores y que quiera hacerse cargo del club. A no ser que me echen, que también puede ser que suceda (risas).