Yeremay, la mezcla perfecta entre sinvergonzonería y autoexigencia
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Yeremay, la mezcla perfecta entre sinvergonzonería y autoexigencia

Yeremay, la mezcla perfecta entre sinvergonzonería y autoexigencia
Yeremay se ríe, junto a Hugo Rama, tras haber marcado el 0-1 ante el Rayo Majadahonda con un penalti a lo Panenka | Foto: Alfaquí

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Los aficionados del Deportivo ya saben de sobra que en la primera plantilla blanquiazul hay un chico especial, único, una rara avis que cada vez condensa mejor la magia de un fútbol casi extinto y la competitividad del fútbol moderno. A estas alturas no hace falta presentar a ningún deportivista a Yeremay Hernández (2002) pero si todavía hay algún despistado, lo mejor que puede hacer es sentarse y ver su partido contra el Rayo Majadahonda (0-2) y su posterior rueda de prensa. En dos horitas tendrá un curso acelerado de conocimientos sobre el canario. De cómo está sabiendo encontrar el equilibrio perfecto entre esa sinvergonzonería innata que tiene su juego y su forma de ser y esa autoexigencia clave para echarse el equipo a la espalda ante la ausencia de jugadores determinantes en ataque.

 

“Tengo muchísimas cosas que mejorar para ser más determinante y más regular para ayudar al equipo”. Esto lo dijo después de haber protagonizado una actuación de esas que están al alcance de muy pocos y que se queda grabada en la memoria de cualquiera que la haya visto. Esa hambre ya la demostró en varias entrevistas en las últimas semanas reconociendo su frustración por sumar solamente un gol y una asistencia hasta el inicio del partido ante el Rayo Majadahonda. “Mella, cuando venimos en el coche, está todo el día jodiéndome con eso, que lleva más goles que yo. Tengo un gran margen de mejora en ese sentido”, desveló en una entrevista a DXT Campeón hace unas semanas y en la rueda de prensa en el Cerro del Espino lo volvió a repetir: “Mis números no son buenos pero lo bueno es que puedo mejorarlos”.

 

Lo extraño es que un chico de 21 años que hace estas declaraciones sea capaz de mezclar ese discurso con una forma de jugar un tanto despreocupada que le hace lanzar a lo Panenka su primer penalti con el primer equipo del Deportivo. Un loco consciente. Un peculiar equilibrio del que también dejó muestras en la rueda de prensa posterior al encuentro: “Ayer (por el viernes) estábamos ensayando los penaltis y el míster dijo medio de broma, ’en el partido, ¿quién lo tira?’  Y dije ‘lo tiro yo’. Lo dije de broma porque mis compañeros se rieron. Lo dije un poco para joder, pero me hicieron el penalti y estaba convencido de tirarlo yo. Ayer (por el viernes) lo tiré igual a Alberto (Sánchez), que se enfadó conmigo, pero al final del partido me dijo ‘si lo metes igual aquí, no pasa nada’”. Así, como quien no quiere la cosa, dejó caer que él quería tirar la pena máxima y sin darse demasiada importancia, en un momento delicado del partido con 0-0 en el marcador, decidió parar el corazón de todos los deportivistas durante una décima de segundo.

 

Y todavía quedaba lo mejor. En un partido sin Lucas ni Mella, las otras dos puntas del tridente de ‘casa’ del Depor, Yeremay mantuvo activado el modo ‘canarinha’ en la segunda parte. Ya había emulado a Djalminha en la primera mitad y, enfundado en la camiseta amarilla en honor al Brasil de 1994 de Mauro Silva y Bebeto, protagonizó una jugada digna de la escuela canaria, la más parecida a la brasileña a este lado del Atlántico. Tiró una pared con Barbero –quedará olvidado pero buen toque del punta–, se deshizo en la frontal del área de un correoso Ceballos con un giro sobre sí mismo, sentó a Kike Hermoso con un pequeño amago y definió con sutileza con la zurda. Las caras y los gestos de sus compañeros tras el gol lo decían todo. 

 

No tenemos miedo, vamos para adelante y no pensamos en fallar sino en acertar”, dijo Yeremay en la entrevista a DXT Campeón al ser preguntado por el desparpajo de jóvenes como él o Mella. Una frase que condensa su forma de jugar y su evolución. Del ‘Peke’ que llegó al Deportivo en categoría cadete con un gran potencial pero con una nube de incertidumbre sobre su figura en el apartado físico y disciplinario, al Yeremay actual, el ’10’ del Depor por méritos propios combinando a la perfección la determinación de siempre querer más con la bendita inconsciencia que le permite atreverse a inventar jugadas de videojuego en el fútbol actual.

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