Hace pocas fechas estimaba Borja Jiménez que el ascenso al Segunda División se situaría en los 70 puntos. No es mal cálculo y marca un horizonte donde situar las esperanzas del deportivismo. El tiempo dirá si estas previsiones son acertadas y si el cuadro blanquiazul es capaz de llegar a esa puntuación. Por el momento las cuentas van saliendo. Después de 14 partidos, el Dépor tiene 30 puntos a falta de cinco jornadas para rematar la primera vuelta. Llegar al ecuador de la competición con más de 35 puntos sería un buen augurio.
De los cinco duelos que restan, tiene tres desplazamientos con visitas al Racing de Ferrol, Cultural Leonesa y Dux Internacional de Madrid. Sin ser salidas fáciles, son campos bastante asequibles para obtener puntos.
En casa recibe al Valladolid B y al Talavera de Reina, dos equipos que parecen llamados a pelear por salvar la categoría. No es inimaginable que en estas cinco jornadas pueda sumar un mínimo de 10 puntos para cerrar la primara vuelta con 40, algo más de los 35 deseados.
Así las cosas, y continuando con las cábalas, restaría ganar diez partidos, es decir, la mitad de los programados en la segunda vuelta. Son buenas las sensaciones que ha dado el equipo hasta ahora. Compite con solvencia y ha logrado buenos resultados ante equipos que probablemente le discutan el liderato.
El reto que propone el técnico blanquiazul -llegar a sumar 70 puntos- no deja de ser un acicate para ir superando partidos con la mirada puesta en el ascenso directo. La duda se centra en el rendimiento sostenido de los coruñeses. Mantener el nivel alcanzado hasta ahora, que las lesiones no se ceben con la plantilla y la condición física perdure durante toda la competición, serán los aspectos que tendrá que cuidar el cuadro blanquiazul.
Queda mucha Liga pero la ilusión está sembrada y se le ha puesto una cifra: 70 puntos para volver a la competición profesional y mirar el futuro con optimismo. Y todo empieza por conseguir los tres puntos en A Malata en un encuentro de gran rivalidad provincial.
