No es descabellado decir que el Leyma Básquet Coruña atraviesa su mejor momento histórico. Si el mes de mayo estableció un registro inédito de victorias consecutivas (6) en el tramo final de la pasada liga regular, hoy podría igualarlo en su visita al Básquet Girona (19 horas, Fontajau), un rival en horas bajas.
Después de empezar la temporada con dos derrotas (Cáceres y Valladolid), el equipo coruñés sumó cinco victorias seguidas (Granada, Palma, Gipuzkoa, Huesca y Palencia) para catapultarse en la clasificación (5-2), solo superado por Granada y Estudiantes (6-1), los dos grandes favoritos.
Curiosamente, la trayectoria del Básquet Girona es diametralmente opuesta. Empezó con dos triunfos (Juaristi y Prat) y encadena cinco derrotas (Castelló, Almansa, Cáceres, Valladolid y Granada).
El equipo catalán, heredero del CB Girona que militó 20 temporadas consecutivas en la ACB, espera la decisión de su fundador, propietario y presidente, Marc Gasol. Campeón de la NBA en 2019 y de todo lo demás con la mejor selección española de la historia, el pívot dejó en verano Los Angeles Lakers y sonó como posible refuerzo de lujo para su propio equipo.
El Girona es, pese a lo que digan los números, mucho más que el equipo de Marc Gasol. Bajo la dirección técnica del exjugador Carles Marco, cuenta con una plantilla amplia en la que destacan nombres como Albert Sabat (11 puntos y 2 asistencias por partido), Joan Franch (9 tantos, 5 asistencias y 2 pases letales por encuentro), Kaspars Vecvagars (11 puntos por partido) u Olaf Schaftenaar (9 tantos por encuentro con un 37% de acierto desde la línea de tres).
Precisamente, el ala-pívot neerlandés protagonizará un duelo fraticida con su hermano pequeño Roelandt, ala-pívot del Leyma que no está gozando del mismo estatus. Y es que el juego interior naranja todos los balones son para Nick Ward (19 puntos y 10 rebotes por partido), la gran sensación de la LEB Oro 2021/22.
Un dato revelador: con la última victoria, en la que superó la barrera de los 100 puntos ante el Palencia (105-93), el equipo coruñés se ha situado como el máximo anotador de la categoría (85,9 tantos por partido), mientras que el Girona es el segundo peor en el mismo apartado estadístico (70,6).