E n el Acciona Open Golf de España disputado el pasado fin de semana en el Club de Campo Villa de Madrid, un gallego de 30 años nacido en Touro, Santiago Tarrío, mantuvo hasta los últimos hoyos sus opciones de clasificarse en el top ten del campeonato. Siete birdies en los primeros hoyos del último recorrido lo aupaban al cuarto puesto, por encima de Jon Rahm (número uno del mundo). Unos desafortunados últimos hoyos hicieron que descendiera al puesto 17, a dos golpes del jugador de Barrika y a ocho de Cabrera Bello, a la sazón ganador del torneo.
Nada más terminar el torneo de Madrid cogía el coche con destino a Valderrama para entrenarse y volver a medirse a los mejores jugadores del circuito europeo en el Estrella Damm Andalucía Master, una de las principales citas del golf continental que comienza hoy jueves. Santi Tarrío es uno de los 15 jugadores nacionales que disputará esta prueba del European Tour.
Muchos lo recordaran porque hace unos meses, justo antes de comenzar los JJ.OO. de Tokio, Jon Rahm tuvo que renunciar a asistir a las Olimpiadas por culpa de un resultado positivo en el test covid. El siguiente en el ranking para ocupar su puesto era Tarrío, pero una gestión desastrosa de la RFE de Golf -una injusticia en toda regla- privaba al gallego de competir en Tokio.
Pero la historia de Tarrío no responde a la biografía clásica de un jugador de golf. El de Touro no provenía de ninguna universidad americana donde se forman los mejores golfistas del mundo, ni tampoco de las categorías inferiores del mundo amateur federativo. Su padre era profesional del golf y fue quien inició a su hijo a los 7 años en los secretos de este deporte en el campo de Val de Rois. A los 17 años tras los buenos resultados obtenidos decide hacerse profesional. Las dificultades propias del mundo del golf profesional unidas a la falta de patrocinios hicieron que aparcara los palos durante una buena temporada. A partir de ese momento se puso a trabajar de camarero en el negocio familiar de hostelería, aunque el golf seguía rondando en su cabeza.
En 2016 apostó por rodearse de un equipo profesional, con su novia Noelia de caddy en el campo, Joaquín Dosil como psicólogo, además del apoyo pequeños patrocinios de empresas gallegas, y decide volver a intentar el salto al golf profesional. Después de algunas victorias y buenas actuaciones en el European Challenger Tour (la segunda división europea) su ascenso fue prodigioso: en cinco años ha pasado del puesto 1.865 del mundo al 90 del ranking mundial. Y lo más importante, ha conseguido la tarjeta que le permite disputar los torneos del circuito europeo (European Golf Tour).
Está convencido que puede pelear por cualquier torneo del circuito y su sueño sigue siendo disputar una Ryder Cup y llegar a jugar algún día el Master de Augusta. Mientras tanto sigue buscando la paz entre torneo y torneo practicando la pesca en las aguas del Ulla. ¡Suerte!
@pgarcia_ramos