Bergantiños 2-1 Móstoles
¿Habrá sido casualidad que el autor del gol de la primera victoria del Bergantiños en Segunda RFEF sea de Carballo? Alejandro Boedo Varela (22 años) se quedó fuera de la convocatoria del partido contra el Compostela por decisión técnica. Una semana después (ayer) volvió a vestirse, pero fue suplente. Saltó al campo en el minuto 81 junto a otros dos compañeros –Blas y Uzal– que agotaban los cambios del Bergan. En el 92 inició una contra por la izquierda. A la altura de la medular, soltó un latigazo tenso y raso para hacer un cambio de orientación perfecto. Así empezó la jugada del ‘Carballés tenía que ser’ que terminó con el 2-1 ante el Móstoles.
El Bergantiños empezó queriendo sentirse dominador, combinando y arriesgando en campo propio y bastante más directo cuando el balón llegaba a la altura del medio del campo. Agulló buscó unas cuantas diagonales sobre Cano, Concheiro algunas menos sobre Yelco. Era la manera de hacer recular a un Móstoles que apretaba muy alto y con muchos efectivos.
Con ritmo alto en defensa y en ataque tanto en Bergantiños como en Móstoles, el 0-0 inicial se deshizo muy pronto, en el minuto 10, y en una acción desafortunada. Chupe, un auténtico terremoto que se mueve por todas las partes del campo, es el lanzador de balón parado del equipo mostoleño. Ejecutó un córner muy cerrado y Santi Canedo se lo comió. Cavafe, que marcaba a Álvaro Sánchez, dio la espalda al balón en todo momento –otro error imperdonable– en una lección elemental de cómo no orientarse. El pichichi no tuvo ni que despegar las botas del césped para rozar el esférico con la cabeza y acompañarlo al fondo de las mallas.
Cavafe fue, precisamente, la principal novedad en el once de Lemos. Con Chapu, Agulló y el propio Cavafe, el Bergantiños encontraba una alternativa en la salida de balón de tres en la primera línea, con Aarón (izquierda) y Yelco (derecha) en la siguiente altura. A los tres centrales les acompañaba la movilidad de los tres medios –Concheiro (el más activo), Remeseiro y Carlos– para encontrar soluciones continuamente, pero no era fácil progresar ante la asfixiante presión del Móstoles.
Los mejores minutos del Bergan en el partido fueron los quince últimos del primer tiempo. Consiguió desgastar, desajustar y encontrar líneas de pase que en la primera media hora no aparecían. El 1-1 también fue de córner: envío perfecto de Yelco y cabezazo soberbio de Agulló en el primer palo transportando el cuero con violencia a la red. Faltaban unos diez minutos para el descanso. El Bergan se gustaba.
Pero con viento en contra, al Bergantiños le costó mucho más salir con el balón controlado desde atrás y, nada más empezar la segunda mitad, Portilla encontró un filón en la espalda de Aarón. Sacó dos centros peligrosos que llegaron al segundo palo: en el primero, el Móstoles reclamó penalti de Cavafe, de nuevo mal perfilado; en el segundo, Cavafe despistó a Irizo, que pudo rematar a placer. No habían transcurrido ni diez minutos y Portilla volvió a hacer daño por la derecha; Santi desvió a córner.
El Bergantiños necesitaba reinventarse y Lemos optó por el recurso de las últimas jornadas: 1-3-5-2. Aarón al banquillo; Lamelas y Yelco por fuera, Uxío y Cano en punta. No dio resultado. Mantovani y Alexander ganaron todas las disputas a los delanteros locales. En el 81, triple cambio y 1-4-4-2, primero con Boedo por dentro y Cano en izquierda y luego con Cano dentro y Boedo fuera. El carballés perdió los dos primeros balones, pero fabricó el 2-1 en el 92. Hizo el cambio para Lamelas, que fijó al lateral y se la dio a Blas. Centro raso para el carballés, que llegó como un obús para hacer estallar As Eiroas.