El Badajoz saldó su primera salida de la temporada con un empate sin goles en feudo de un Celta B que llegaba a la cita dolorido tras encajar una abultada goleada en la primera jornada. El partido estuvo bastante igualado, fue de pocas ocasiones, de demasiado respeto y donde el dominio sería alterno con los gallegos mandando más en la segunda mitad y los pacenses controlando con suficiencia en la primera.
En el primer tercio sin sustos y ningún tipo de riesgo por parte de nadie, el choque cada vez resultaba más aburrido por monótono y previsible, pues las pizarras del local Onésimo Sánchez y del foráneo Óscar Cano tenían demasiado peso y sus pupilos jugaban encorsetados por la táctica, temerosos de salirse del guion marcado.
Poco antes de la media hora, la escuadra celeste la pifiaba en la cobertura y eso permitía que un Jesús Clemente muy solo se apuntara la primera llegada con un potente chut con la zurda que Gaizka Campos sacó a la esquina con apuros. Un córner que a punto estuvo de terminar en la red, pues Campos se la comió por arriba y Diego Barri en el segundo palo no marcó porque Carbonell la sacó bajo palos.
Las dos llegadas animaron a los pacenses y de ahí al descanso tuvieron mayor presencia con el balón.
A la vuelta de los vestuarios el Badajoz salió apretando arriba y a los pocos minutos rozó el gol con una buena ocasión.
Pero el Celta B no se arrugó y respondió teniendo más la pelota y siendo más vertical.