Al llegar estas fechas del calendario me viene a la memoria la competición por excelencia del fútbol modesto coruñés en tiempos pasados. Eran tiempos en los que los clubes modestos se nutrían económicamente de los ingresos de las taquillas y muy especialmente de los de esta competición copera. El trofeo se empezó a disputar en la temporada 40/41 y en él intervenían los equipos encuadrados en lo que se llamaba Liga de la Capital y los de las Ligas de las Mariñas y Arteixo, deparando eliminatorias memorables, que en muchas ocasiones requerían de partidos de desempate en campo neutral y siempre con gran afluencia de espectadores.
La gran final solía celebrarse primero en La Granja y después en el Estadio de Riazor, con la Tribuna y Preferencia Inferior abarrotadas por los seguidores de los equipos contendientes, así como por los muchos aficionados al fútbol modesto en general. Organizada por la Federación y patrocinada por el Ayuntamiento, solía entregar el trofeo el propio Alcalde o un miembro de la Corporación municipal. La dirección arbitral correspondía al colegiado mejor valorado en esa temporada.
Mis primeros recuerdos como espectador se remontan a la final del año 1972 celebrada en un abarrotado campo de La Granja -se habló de seis mil espectadores- entre el Español S. D. y el Imperator O.A.R., en el que vencieron los segundos por 3 tantos a 1. De la de 1976, entre el Deportivo Ciudad y el propio Imperator, ganada por los primeros después de una prorroga y en la que se recaudaron unas doscientas mil pesetas. O de la del año 1978 en la que el Maravillas venció al equipo de la O. A. R. por un apretado 3 a 2.
Pero no solo fueron importantes las finales que enfrentaban a equipos de la ciudad, sino que también lo eran las que se disputaban entre coruñeses y representantes de las otras ligas. Ya en la segunda edición el equipo de la Fábrica de Armas vencía al Sporting Sada por 2 a 1 y al año siguiente al Hércules S. D. por 3 a 2. En el año 1953 el Marino de Mera se enfrentó al Oza Juvenil en una final y en 1967 el Santa Margarita se enfrentó al Laracha en la séptima ocasión en que un equipo de fuera de A Coruña llegaba a la final. Podría hablar también de la del año 1973 entre el Payosaco y el Español, con unos diez mil aficionados en las gradas de Riazor, en una tarde de intensa lluvia. En la temporada 79/80 la disputaron dos equipos de las Mariñas: El Sporting Sada le ganó al Payosaco por 1 a 0, y en la 81/82 El Portazgo venció al Bergantiños por 2 a 1. En la 86/87 el Relámpago venció al Sigrás por la mínima, en un encuentro que dejó en taquilla 540.000 pesetas de entonces. A estas le siguieron las disputadas por equipos coruñeses enfrentándose al San Tirso, U. D. Juvenil de Almeiras, Vizoño, Cerceda, Carral, Atlético Arteixo o Marino de Mera, por citar los más antiguos. En el ranking de trofeos obtenidos figuran de primeros el Orzán S. D., Imperator y Liceo de Monelos con cinco copas cada uno.
Esta competición se siguió celebrando con mayor o menor éxito hasta la llegada del covid 19, que como en tantas otras facetas de la vida, paralizó su celebración. En estos momentos en que se intenta reactivar la actividad competitiva del fútbol aficionado y que el Ayuntamiento piensa programar conciertos en el Estadio (cosa del todo incomprendida para mí, cuando se anuncia el cambio de césped), sería muy conveniente que también se reactivara la celebración de la histórica Copa de La Coruña.
