La mejor manera para conocer a alguien es en el contacto diario. Si esto no puede ser, uno puede hacerse una idea real de quién tiene enfrente al ver las acciones que realiza.
Viene esta reflexión tras lo vivido el pasado jueves en el Paraninfo de la Universidade da Coruña en la jornada de homenaje a los entrenadores de honor del fútbol y del fútbol sala gallego de la Delegación de A Coruña, un evento organizado por el Comité Galego de Adestradores, organismo dependiente de la Real Federación Galega de Fútbol (RFGF), que está dirigido por Iván Cancela. La capital herculina fue la séptima cita de esta iniciativa que se ha desarrollado con anterioridad en las delegaciones de Vigo, Santiago, Ferrol, Lugo, Ourense y Pontevedra; y llegará a su término la próxima semana en la existente en A Costa.
La RFGF que preside Rafael Louzán ha tenido altura de miras al reconocer la labor de unos entrenadores que en unos tiempos pretéritos en los que el mundo del deporte no gozaba de la dimensión que cuenta en la actualidad hicieron de su pasión una forma de vida. A ello se une que bastantes de ellos no llegaron al profesionalismo al desarrollar su labor al frente de equipos pertenecientes a las categorías de base o a la de modestos, provocando que el trabajo y el tiempo empleado hayan sido una tarea invisible para la mayoría de la sociedad.
Es evidente que estos técnicos no tenían como principal objetivo la repercusión mediática, pero la constancia y los esfuerzos realizados han sido recompensados al ver a varios de sus pupilos alcanzar la élite.
