Con rostros de felicidad y satisfacción tras haber doblegado el domingo al Marino de Luanco —tres puntos fundamentales para seguir en el liderato de la fase intermedia—, el RC Deportivo regresó a los entrenamientos ayer por la mañana, en una sesión dividida en dos grupos de trabajo.
Por precaución no tomaron parte en el primer ensayo semanal Borja Granero, Mujaid Sadick ni Keko Gontán, que arrastraron leves molestias del choque del fin de semana; por su parte, Derik Osede tampoco se ejercitó con sus compañeros debido a la lesión de larga duración experimentada esta temporada —rotura de tendón de Aquiles—.
El atacante canterano Adri Castro, que se encuentra en dinámica de primer equipo desde pretemporada, así como el portero Pablo Brea, también tuvieron presencia en una jornada en la que el plantel trabajó a dos velocidades diferentes.
Por un lado, los titulares frente al Marino efectuaron tareas muy suaves, consistentes básicamente en carrera continua, estiramientos y diversos rondos. Todo ello durante de 45 minutos.
Por su parte, los suplentes frente a los asturianos se emplearon a fondo, por espacio de una hora y media, en la que el equipo incidió en transiciones ofensivas, remates, rondos, así como fútbol en espacios reducidos —con un partidillo entre dos equipos de cinco jugadores—.
En medio de un ambiente de camaradería absoluta, los futbolistas bromearon durante el calentamiento, evidenciando el optimismo que a estas alturas de campeonato se ha instalado en el grupo.
A falta de tan solo cinco jornadas para la conclusión de la temporada, con la práctica totalidad de su plantel disponible y con cuatro puntos de renta sobre la tercera posición —que implicaría el descenso—, el Depor tiene todo en su mano para militar la próxima campaña en la Segunda B Pro.
Pensando ya en el compromiso más inminente, del domingo 11 en Langreo (17.00), los herculinos tratarán de prorrogar su actual racha de cuatro victorias consecutivas.
