Después de la espléndida puesta en acción en Oro-Clasificación, el Basquet Coruña afronta su primera salida, a la pista de un Alicante en crisis tras haber asombrado en la primera vuelta del Grupo B de la fase inaugural.
Lejos queda el 8-1 que permitió a los de Pedro Rivero jugar, contra el Breogán, la Copa Princesa. Por aquellas fechas, 21 de enero, la cosa ya había empezado a torcerse para el cuadro levantino, que en la segunda vuelta tan solo fue capaz de ganar tres de sus nueve encuentros. A los tres últimos de la fase regular se unió la pasada semana el doloroso KO ante el Oviedo (84-85), en un final donde el Alicante erró cuatro tiros para ganar.
El BC podría aprovechar la ansiedad que sufre el bloque de Rivero para sumar la que sería su séptima victoria de esta segunda fase y mantenerse en la segunda posición.
Pero, pese a la mala racha, su rival es un señor equipo, con jugadores con amplia experiencia en ACB (Llompart y Txemi Urtasun) y algunos ya con sólido recorrido en Oro (Huertas, Edu Martínez, Pitts, Allen, Gjuroski).
Poderío ofensivo
Un plantel muy ofensivo, con Justin Pitts (13.7 puntos), Urtasun (10.2) y Llompart (8.8 y 4.9 asistencias, tope de la primera fase en toda la LEB Oro) a la cabeza, con buenos secundarios como Gjuroski, Martínez, Chumi Ortega y Jonas Zohore y todos los jugadores de la plantilla aportando.
Sin embargo, esa exhuberancia en ataque –fue el máximo anotador, con 79.8 tantos de media, del Grupo B– no tiene correspondencia en defensa, faceta en la que el Alicante se vio superado por cuatro compañeros de grupo.
Otros de sus problemas están en el rebote, donde también acabó quinto (sexto en ofensivos) la fase inicial del curso, el mismo puesto que en los lanzamientos de larga distancia, y en la poca habilidad para robar balones, aspecto este en el que finalizó antepenúltimo del ránking del Grupo B.
Los problemas para Sergio García vienen de otro lugar: la enfermería. Zach Monaghan es duda, y su baja sería un enorme hándicap. Primero, porque solo quedaría Gaizka Maiza como base; y segundo, porque el mago de Illinois va a más cada partido. En caso de no poder saltar al parquet del Pedro Ferrándiz, el BC se enfrentaría a un más difícil todavía en esta temporada marcada por la lesiones graves. De momento ha salido airoso, pero todo tiene un límite.