Crece la tensión día a día hasta que el domingo por la mañana llegue la hora de la verdad. Todos los equipos se juegan el porvenir, pero nos atreveríamos a decir que uno de los que más se juega es el Deportivo. Todos arrancan a las doce del mediodía –horario unificado, ¿les suena?-, pero la viabilidad del equipo coruñés no está del todo clara en estos instantes.
Es de agradecer la salida a la palestra durante esta semana de algunos antiguos dirigentes – entre ellos Augusto César Lendoiro-, con el fin de tranquilizar a la parroquia. Pero, entre que la fórmula de competición no estuvo nunca demasiado clara y que las dificultades clasificatorias son grandes, nadie se fía del presente ni del futuro. Sobre todo si el equipo no sigue mirando hacia arriba al término de la primera fase, cosa muy complicada en estos momentos.
Era impensable, a la hora del comienzo de esta rara Segunda División “B”, que el Deportivo no estuviese entre los tres primeros de la clasificación. Es más, la mayoría de los pronósticos le daban el primer puesto sin dudarlo. Pero “fútbol es fútbol” (como dijo hace muchos años Vujadin Boskov) y ya hace tiempo que ese dicho de que con la camiseta no se ganan partidos se viene cumpliendo en muchas ocasiones. Y este año quedó patente con los coruñeses.
Sin duda es una ventaja que el rival del Deportivo, el Zamora, no se juegue ya nada en su partido porque así no tendrá ninguna urgencia en el terreno de juego (damos por supuesto que no habrá ningún equipo de esta categoría que prime a los zamoranos para que ganen en Riazor), aunque haría muy bien el equipo blanquiazul de no fiarse de nada ni de nadie, especialmente por la experiencia que tiene a lo largo de su historia en este tipo de partidos y en las primas a terceros de los rivales (recordamos a Rayo Vallecano y Valencia, en particular).
Y, por último, para ofrecer a los aficionados una última opción optimista, digamos que los rivales del Deportivo, en caso de seguir con el ascenso en el objetivo, serían el Burgos, la Cultural Leonesa y el Valladolid Promesas, que formarían todos en el mismo grupo, junto con los clasificados del grupo actual. Y recordar que el conjunto coruñés está atravesando actualmente la mejor racha de toda la temporada y que es el conjunto al que los rivales tienen mayores dificultades para batir.
Pues, en vista de lo cual, que Dios reparta suerte.