Un Basquet Coruña de doble cara –una sedosa y otra como papel de lija– perpetuó, en una floja segunda mitad, su maldición en Pumarín, donde consechó su décima derrota en otras tantas visitas y, además, perdió la oportunidad de avanzar a la segunda fase con seis victorias y el averaje particular con el Oviedo.
A la anomalía de tanta derrota seguida en una misma pista se fueron uniendo otras. La primera, la ausencia a última hora de Sergio García, por motivos familiares, lo que dejó a Román Gómez a la batuta. La segunda, y más relevante, el increíble acierto desde el arco del peor equipo del Grupo A en esta faceta.
Matulionis anotó, con un triple, los primeros puntos del BC, que tras unos compases iniciales de errores en tiros cercanos encontró un inesperado yacimiento de petróleo en la larga distancia: 4 aciertos en 7 intentos, para tomar la delantera en el marcador (14-17).
Peña enroscó dos triplesmás en el arranque del segundo acto, y un tiro de Zyle desde cinco metros dio al Coruña su primera renta de dos dígitos (18-28). Un Coruña imperial en la defensa interior y paciente a la hora de buscar buenas posiciones en ataque.
A pesar del que Oviedo peleó de tú a tú con el mejor reboteador del grupo (14-14 al descanso), la paciencia, la puntería lejana (4 de 6 en este periodo) la espléndida irrupción del debutante Lotanna Nwogbo, que cerró la primera mitad con un tremendo mate en ‘alley-oop’ a pase Maiza (y con 9 puntos en 9 minutos), hicieron que la ‘marea naranja’ llegase al parón con solo punto menos de ventaja (33-47) que la máxima lograda (23-38).
Frío y calor
El descanso enfrió al BC. Y entre el entrenador local, Natxo Lezcano, y el muy protestón público calentaron a los árbitros, que tras la técnica sabiamente forzada por Lezcano ‘caserizaron’ sus decisiones.
Para colmo de males, los visitantes concedieron muchos rebotes ofensivos –Nwogbo y McGhee estuvieron muchos minutos en el banquillo con problemas de faltas y Javi Vega solo jugó poco más de siete minutos y medio– y dos desaparecidos en la primera parte, Brown y Norelia, se sumaron al festival anotador del Oviedo, que en los terceros diez minutos anotó dos puntos más que en los veinte primeros para recobrar una delantera que no tenía desde el 10-9.
Con 68-66 comenzó el periodo de la verdad. Y en solo tres minutos, y tras un intercambio puntual de canastas, el Oviedo ya había cometido cinco faltas. Un teórica ventaja para los naranjas.
Teórica porque el 4.60 no es lo suyo.Y porque en los seis minutos siguientes solamente forzaron cuatro tiros libres. Después de dos errados por McGhee, un triple y un libre de Frey dieron al Oviedo su máxima ventaja (83-77), con dos minutos y medio en el cronómetro.
Los triples visitantes, que habían entrado como churros, no volvieron a oler la red y el conjunto carbayón no tuvo problema alguno para confirmar, tras su decimocuarto rebote ofensivo, la décima derrota del Basquet Coruña en diez visitas a esa particular casa de los horrores llamada Pumarín. Décima decepción que al menos deja el buen sabor del estuopendo debut de Nwogbo.