Despiporre en el deportivismo
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Despiporre en el deportivismo


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Durante varios meses hemos aplaudido a todo el deportivismo y, pese a todo, seguiremos apoyándolo, pero es el momento de decir basta. Me da vergüenza vivir una situación que no sabemos cómo concluirá aunque siendo realistas nos tememos lo peor. Me niego a seguir sufriendo. Mi edad y mis conocimientos futbolísticos me lo permiten. No podemos prolongar mucho más esta situación porque el precio a pagar es demasiado caro. Y no hace falta aclararlo mucho más. Hay que poner fin a tanto despiporre en una ciudad que con esta maldita pandemia y las medidas políticas que se toman, está cayendo en picado. El canguelo de una buena parte de la afición es más que demostrable y al equipo blanquiazul no le ha beneficiado en absoluto.


El ascenso inicial y la caída en picado de los últimos tiempos no tiene sentido pero sí muchos culpables con una lista interminable de jugadores que en ningún momento han demostrado su poderío futbolístico. El jugador tiene su responsabilidad en el campo. Y esta brilla claramente por su ausencia y con unas derrotas justas e inesperadas, especialmente la sufrida ante el Celta B que ha avergonzado a todo el deportivismo. Nunca me hubiese imaginado semejante guión. Sería lo último que hubiese pensado.


En este mundo tan alucinante que estamos viviendo, me quedo con el cambio de impresiones que tuve con mi nieto Adrián. A sus 18 años, socio del Deportivo, ofrece una visión muy curiosa de un club que, pese a los malos, malísimos resultados, abre una ventana a la esperanza y donde, según sus palabras y sentimientos hacia el club que adora, sorprendentemente me lleva al 23 de junio de 2019, con parada en Son Moix donde hace hincapié en el ex deportivista Pablo Marí quien en el transcurso del partido recuerda su cabezazo que envía fuera y que, afirma Adrián, “le daría al Depor el ascenso a la categoría que, por historia, le pertenece, la Liga Santander”.


Entiende Adrián que “tocaba afrontar un año más en Segunda, una categoría “divertida y entretenida”, destaca todo convencido. “Todos sabíamos que este año iba a costar más estar arriba, pues la plantilla carecía de jugadores que le habían dado mucho la anterior campaña como Edu, Domingos, Carlos o el mismo Pablo Marí. Que iba a costar, se sabía, pero lo que sucedió, ni el más pesimista lo imaginaba. Acababa la primera vuelta y el Depor había conseguido 2 victorias en 21 partidos, la situación era insostenible”, destaca.

“Y llegó él, el hombre Depor, don Fernando Vázquez”. Según Adrián, el de Castrofeito “le devolvió la ilusión a una afición hundida con 7 victorias consecutivas contra rivales punteros en la tabla como el Cádiz, convirtiéndose Riazor en un fortín. El Depor estaba metido de lleno en la lucha por la salvación y el lema que yo, como joven deportivista que soy, ya he escuchado muchas veces, volvía a sonar en las calles de Coruña: “PÓDESE”, recalca Adrián.


Pero llegó el Coronavirus, el peor rival del Depor, que le dejó si un pilar fundamental, como lo es la afición. En este punto, Adrián insiste en que llegaron “minutos de fútbol pobres, acompañados de decisiones arbitrales muy dudosas y los resultados desfavorables hacían que el Depor llegase a la última jornada sin depender de él mismo para mantener la categoría, como tristemente así sucedería”, subraya.


Según este joven futbolero con corazón blanquiazul, nos lleva al 20 de julio de 2020: “Ese día podían cambiar mucho las cosas. La Coruña se disfraza de blanquiazul con un espectacular recibimiento al equipo, pero vuelve a aparecer él, el Covid-19. El Fuenlabrada no iba a jugar el partido y la jornada se iba a disputar igual. Aquello resultó un absoluto escándalo y una negligencia de libro que Javier Tebas iba a permitir ensuciando aún más su nombre. El Depor era equipo de Segunda División B. Nadie se lo creía. ¿Y ahora qué? Pues ahora récord de socios. Así somos en Coruña. Confianza ciega en el equipo y en el profesor Fernando Vázquez”, destaca.


“Empieza la temporada y el Depor llegaba a la jornada 8 con 4 victorias y 3 empates, 15 puntos de 21 posibles. Era momento de jugar el derbi más incómodo, Depor-Celta B, y para colmo el Celta B asaltaría Riazor y el Depor se conocía con la derrota, derrota que le dejaría segundo en la tabla. Pues bien, a la directiva le pareció culpa del más inocente de todos, Fernando Vázquez y deciden destituirlo”, insiste con cierto enfado para continuar su reacción destacando que “sin Fernando, que parecía todo solucionado, se llega a la situación actual. Sextos con 20 puntos, sólo 5 de 21 posibles conseguidos después del cambio de entrenador, los números hablan solos. Perdónalos Fernando”, afirma.


“Y llegamos a una situación -prosigue- desesperante ante un equipo y una plantilla que no genera ningún atisbo de esperanza aunque los hay optimistas y los hay, también, realistas. Pero si hay algo en lo que coincidimos estos dos grupos, es el amor por el escudo. Lo que no vamos a dejar de hacer, será dejar de apoyar al equipo. La situación es crítica. No es tiempo de reproches, sino de unirse lo máximo posible. Ahí seguiremos al pie del cañón. Cada domingo y en la categoría que haga falta porque, sí, así somos los de Coruña y los deportivistas”, concluye Adrián. 

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