No olvidará el Básquet Coruña un partido que se presentaba como un mero trámite. Ya clasificado para la fase de ascenso, recibía a un Cáceres condenado a jugar la fase de permanencia. El resultado era irrelevante, pero la grave lesión de Augustas Peciukevicius va mucho más allá.
Corría el segundo cuarto del encuentro cuando el base lituano cayó sobre el parqué y se llevó las manos a su tobillo con claras muestras de dolor. Los árbitros pararon el partido y sus compañeros tuvieron que retirar a Pecius de la cancha, incapaz de hacerlo por su propio pie.
A la espera de un diagnóstico definitivo, el Básquet Coruña anunció que podría sufrir una rotura en el tendón de aquiles, lesión que dejaría al equipo sin su director de juego para lo que resta de temporada.
“Es el jugador más importante para nosotros, por lo que representa, por el día a día, por su personalidad, por el sentido del juego y porque es un líder defensivo... Para nosotros ha sido un jarro de agua fr´´ia y sólo nos queda apoyarle, pero ha sido algo terrible”, reconoció el técnico Sergio García al término del encuentro.
Apagón
Cáceres sólo anotó 18 de los 62 tiros de campo que intentó
Sin Pecius, el Básquet Coruña metió la directa en un partido que sentenció entre el segundo y el tercer cuarto. Cáceres sólo resistió el primer parcial (12-15), pero en el segundo y el tercero se quedó en 14 pobres puntos y evidenció muchos problemas en ataque durante todo el partido.
Y es que el equipo visitante cometió 24 pérdidas y sólo anotó 18 de los 62 tiros de campo que intentó (4 de 18 desde la línea de tres) en una tarde horrible. No fue mucho mejor la tarjeta naranja en ataque: 28 de 66 en lanzamientos de campo (4 de 23 desde el arco).
El juego interior, con una gran actuación de Gediminas Zyle (18 puntos, su mejor anotación desde su regreso a Coruña), apoyado por Rolandas Jakstas (12) y Gary McGhee (9 y 9 rebotes), sentenció a un rival incapaz en los dos lados de la pista.
Es la undécima victoria de la temporada y tercera consecutiva para el Básquet Coruña, que duerme líder, pero no tiene nada que celebrar.