Dsespués de la tremenda decepción vivida en Mallorca donde el equipo fue incapaz de defender el resultado de ida, es el momento de hacer balance de una temporada aciaga.
Quizás es demasiado rotundo hablar de fracaso pero si de temporada fallida y decepcionante ya que el objetivo prioritario era regresar a Primera División. La Segunda tiene sus propias reglas. Conseguir el ascenso no depende tanto del plantel de jugadores como del carácter y determinación de los mismos. El Depor tuvo un arranque prometedor situándose enseguida en plazas de ascenso o promoción. Resolvía sus partidos en Riazor y arañaba algunos puntos fuera. Era un conjunto sólido.
La segunda vuelta comenzó con incertidumbres, sobre todo jugando en casa. La falta de acierto hizo que los malos resultados llegaran a Riazor. Estas circunstancias hicieron dudar al mismísimo entrenador, Natxo González, de su propio sistema.
La solución más inmediata fue prescindir de quien había trabajado con la plantilla desde la pretemporada y tratar de cambiar el rumbo del equipo con un nuevo técnico, Martí. El trabajo del mallorquín unido a los fallos del Cádiz concedió a los blanquiazules una bola extra para jugársela en la promoción. Entre medias dimite el Presidente del RCD, cuestión ésta así como el proceso electoral, que no desequilibró mucho al equipo.
Se inició este último asalto contra el Málaga con dos partidos vibrantes. Sin jugar excesivamente bien, se completó una eliminatoria con muchos goles en Riazor y se mostró una ordenada defensa en la Rosaleda.
La final contra el Mallorca se enfiló con brillantez en casa. Dos goles a favor y ninguno en contra vaticinaban que el objetivo estaba muy cerca. La imagen paupérrima de los nuestros, con un centro del campo inexistente, y la pujanza de los insulares hicieron que el partido se resolviera con un 3 a 0 tan justo como doloroso.
Queda un triste recuerdo de este curso y una sensación de impotencia. La temporada 2019/20 se iniciará con un recorte presupuestario importante y es de esperar que los nuevos gestores anuncien sus planes. En primer lugar el nombre del entrenador.
La primera decisión es si confían en la continuidad de Martí o si están buscando un recambio en el banquillo. Más tarde, y sin prisas, tocará armar una plantilla muy condicionado por la cantidad de jugadores que abandonarán el Club tras cesión o fin de contrato, y los fichajes que permita el raquítico presupuesto que se maneja.
No tiene un trabajo fácil el nuevo Consejo de cara a la próxima temporada pero urge un mensaje institucional de ánimo y energía a una afición muy desaminada tras el varapalo del domingo.
@pgarcia_ramos