Todos están pendientes de los movimientos del mercado. ES evidente que hay una ‘paz social’ que hacía muchos años que no se vivía en el entorno deportivista. La mala leche de Javier Tebas, que para cumplir sus objetivos es capaz de devorar lo que sea necesario, ayudó mucho. Todos los seguidores, de cualquiera de los sectores o sensibilidades, han dado un paso al frente para ‘proteger’ a su Deportivo. Una unidad que llama la atención y que se ha puesto como ejemplo de una afición fiel a su escudo y colores. La agresión externa ha sido un pegamento y eso se ha visto en la apertura de la campaña de abonados, que ya alcanza los 17.000. Una proeza.
Pero el ‘efecto pegamento’ de Javier Tebas dejará de funcionar cuando el equipo coruñés salte al terreno de juego en el inicio del primer partido liguero en la Segunda División B. Ahí el ya ogro no será el abusón que manda en la Liga de Fútbol Profesional, todo dependerá de la actuación de los blanquiazules sobre los terrenos de juego. La unión del deportivismo, en una palabra y para entendernos, serán los resultados.
Ahí se juegan el prestigio desde el primer consejero del club hasta el último futbolista de la primera plantilla. Porque el Depor parte, en una competición tan insólita como injusta, como el gran favorito para retornar al fútbol profesional. En caso de no conseguirlo, el fracaso será mayúsculo porque no queda margen a cualquier otra cosa que no sea el regresar a LaLiga.
Por eso Barral y compañía se la juegan a la hora de confeccionar la plantilla definitiva, ya que este lunes se cierra el plazo para las contrataciones. En la categoría todo el mundo sigue con mucho interés los pasos del Depor en el mercado. Se dice que se está fichando bien, que falta un central, pero se manejan otras opciones. Ojalá que se haya acertado, ya que si es así habrá pegamento para rato. La suerte está echada.
