La recta final de Liga abre ya la distancia, del esprín definitivo, para alcanzar la tranquilidad de la permanencia. Con dos rivales ya descendidos matemáticamente, Osasuna y Granada, queda una plaza por adjudicar y con tres implicados en la desgracia, Sporting de Gijón, Leganés y Deportivo, citados de menor a mayor para que salgan mejor las cuentas. Evidentemente, el que menos peligro corre es nuestro Deportivo que, de nueve puntos en juego en las tres últimas jornadas del campeonato, para asegurarse del todo está condenado a ganar, como mínimo, dos puntos. Cuantos mas pasos en falso se produzcan, más habrá que esperar a la última jornada para asegurarse la continuidad en la máxima categoría del fútbol español.

Esa es la responsabilidad que tienen a sus espaldas los blanquiazules de Pepe Mel, de aquí al 21 de mayo frente a la UD Las Palmas, después de recibir al Espanyol y visitar el nuevo Cerámica contra el Villarreal. De estas tres confrontaciones hay que sumar cuanto antes esos dos puntos, ya citados, para espantar definitivamente todos los fantasmas del descenso. No es mucho pedir, pero sí exigir a los que salgan de corto frente a los 'periquitos' de Cornellá.

Y pasamos página para situarnos en un partido en horario normal hoy, las 18.30, recibiendo al Espanyol, uno de los rivales más asequibles de los que pasan de las cuarenta confrontaciones en Primera frente al Depor. Es la cuadragésima segunda visita de los catalanes al estadio coruñés. En las 41 anteriores, el Deportivo se impuso en 26, además de 11 empates y sólo 4 derrotas, la última, hace más de siete años, el 19 de septiembre de 2009 (2-3), con goles locales de Adrián y Lassad, y de Callejón, Forlín y Verdú por los visitantes.

Un balance más que positivo para los de Pepe Mel. Los tres puntos en juego ahora, y pese a que restan dos jornadas más, son definitivos para asegurar la permanencia.

Por otra parte, y aunque los de Quique Sánchez Flores han sumado 21 puntos a domicilio, casi tantos como el Deportivo en casa, no se muestran tan superiores como parece ser, puesto que han perdido en seis salidas, además de otros tantos empates para registrar cinco victorias ante rivales sumamente asequibles, Alavés, Betis, Leganés, Málaga y Osasuna, a todos por la ventaja de un gol (0-1 o 1-2). En Riazor no hay que perder de vista a su máximo goleador, Gerard Moreno, todo un caza goles en la línea ofensiva.

Una vez más, recordar que los de Riazor dependen de sí mismos, aunque hasta ahora los que van más abajo en la tabla le han ayudado cuanto quisieron. Ahora llegó el momento de ser ese equipo que todo el deportivismo quiere, con jugadores de clase y garra, que los hay, pero también con esa actitud que demanda la categoría de la entidad y el entusiasmo incansable del deportivismo que hoy volverá a volcarse con el equipo de sus amores. Que no se diga. ¡Forza Depor!

P.D.- Un pero a este partido, el colegiado elegido, el señor Antonio Mateu Lahoz, que muy al principio de esta campaña ya la montó en Riazor frente al Sevilla (2-3) al no señalar un clarísimo penalti a Andone y dejó sin mostrar una clara tarjeta roja al sevillista Vietto por agresión al central deportivista Arribas. No queremos que no regale nada, pero sí que aplique el reglamento como es debido. Al menos como lo hizo el miércoles, en el partido de ida de la segunda semifinal de Champions entre el Mónaco y la Juventus (0-2) sin influir para nada en el resultado del encuentro.