“El documento más antiguo que tenemos está datado en 1947 y es una pena que un club histórico como el Batallador desaparezca”. Habla José Manuel Fungueiriño, que ha asumido la presidencia y se ha comprometido a devolver al Batallador al lugar que se merece después de ocho años sin actividad.
“Hemos decidido retomar la actividad en el club después de ocho años parado. Nos reunimos un grupo de exfutbolistas y lo hemos sacado adelante con mucha ilusión. Hemos empezado por los más pequeños, los biberones, con niños del barrio y del colegio San Pedro de Visma, al que le agradecemos la cesión de las instalaciones para los entrenamientos y su predisposición desde que empezamos”, indica Fungueiriño.
Y el renacer del Batallador va más allá de un equipo de Biberones: “La próxima temporada queremos mantener al equipo y crear uno de Prebenjamines, otro de Benjamines y, además, el de los Veteranos, que están muy ilusionados con volver a jugar”.
El presidente lamenta la pérdida del histórico local social y ha solicitado en varias ocasiones la cesión de instalaciones al ayuntamiento. “Hemos tenido que pedir ayuda al centro cívico del barrio, nos han dejado una sala de juntas y hemos pedido al ayuntamiento la cesión de unas instalaciones para recibir a los padres. Estoy sorprendido porque no nos han contestado a la solicitud, que hemos enviado hasta en cuatro ocasiones... pero lo seguiremos intentando”.
Fungueiriño encabeza una junta directiva en la que se encuentran otros exjugadores y personas del barrio de Os Mariñeiros. Es el caso de Luis López, vicepresidente, Fernando, directivo y entrenador del equipo, Pablo Doval, directivo y entrenador, Genín, secretario... El Batallador está de vuelta en el fútbol modesto.