Anquela amarra su continuidad
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17º-23º

Anquela amarra su continuidad

Anquela amarra su continuidad

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El técnico llegaba cuestionado a Cádiz y en el Carranza salió a relucir el Deportivo más ‘anqueliano’, más sólido (con matices), más colectivo, con más concentración y que dejó la portería a cero por primera vez,  pero que estuvo lejos de dar lo que se espera de un equipo que aspira al ascenso. Le ayudó la falta de pegada de los locales en un partido en el que, eso sí, el árbitro se tragó un penalti sobre Christian Santos que podría haber cambiado el decorado. En definitiva, un punto para poner los cimientos y que debe tener continuidad ante el Mirandés.

Después de cinco (ahora seis) partidos sin ganar y de haber vuelto a las posiciones de descenso, Anquela necesitaba un punto de apoyo y lo encontró en la solidaridad del grupo en el césped. Mejor conteniendo (veinticinco faltas de los deportivistas, ocho de los gaditanos), que generando (12 saques de esquina para los locales, cero para los herculinos). 

Bóveda por Simón y Borja Galán por Koné, expulsado el pasado miércoles ante el Numancia, fueron las novedades en el once respecto al equipo que acabó frustrado ante el Numancia. Apenas tuvo tiempo el cuerpo técnico para preparar el partido con los andaluces esta semana (solo el viernes), pero a los jugadores les dejaron claro un mensaje: tenían que atacar por fuera a un rival que actúa con las líneas juntas.  Y fue lo que hizo en el inicio del partido. A los tres minutos apareció Mollejo por la derecha y sirvió un centro que cabeceó en el segundo poste Borja Galán a las manos del portero.

El Cádiz, que afrontó el partido con ocho bajas, dos más que el Depor (contando a David Simón), se recompuso de inmediato y arrinconó a los de Anquela. Volvieron a aparecer los problemas defensivos, pero esta vez se multiplicaron las ayudas y entre todos lograron taparse. Bóveda, a los 9 minutos, bloqueó a tiempo un disparo de Álex Fernández en una jugada de los andaluces que había puesto en evidencia una vez más en este inicio de temporada la fragilidad deportivista.

Para autopista, la que le abrieron Mollejo y Bóveda por la derecha a Perea. El extremo se zafó de la marca del jugador del Atlético con facilidad y le rompió la cintura al lateral vasco aun con menos complicaciones. Lampropoulos, que mejoró sus prestaciones (no era muy complicado), cortó el peligro.

Apretó el Cádiz y en las jugadas de estrategia el Deportivo volvió a sufrir. En el tercer saque de esquina en trece minutos, Cala se anticipó a Christian y Dani Giménez tuvo que estirarse al máximo para desviar el cabezazo del central.

De menos a más
El Deportivo se sacudió el dominio rival a punto de cumplirse el ecuador de la primera parte. Lo confirmó con un disparo duro de  Borja Galán que sacó el guardameta del Cádiz en dos tiempos.
Respiraron los blanquiazules, firmaron sus mejores minutos del primer periodo y no pudieron rubricarlos con un gol porque ni el árbitro ni el VAR juzgaron un penalti clarísimo (en la repetición) por agarrón a Christian. El colegiado pareció consultar y se reanudó el juego antes de que la televisión ofreciera una imagen que no dejaba lugar a dudas. Cala casi le quita por completo la camiseta al delantero venezolano.

Después de haber encontrado soluciones en el primer tiempo para recomponerse del dominio del Cádiz, el Deportivo volvió a las andadas en el inicio del segundo, obligado a correr detrás del balón, nublado absolutamente con el esférico en su poder. El Cádiz tuvo una clara a la hora de partido con un lanzamiento de Iza desde la frontal que despejó Gaku a córner jugándose el autogol.

A falta de buenas ideas, el Cádiz buscó a la desesperada los disparos lejanos. Dani Giménez no falló. 

El Deportivo, como en la primera parte, fue de menos a más y comenzó a controlar el partido otra vez a partir del ecuador del segundo periodo.

El VAR intervino en una mano de Marcos Mauro sobre la línea del área que el colegiado, ratificado por el videoarbitraje, sacó fuera de ese rectángulo. El Cádiz llevaba todo el partido intentando evitar las faltas en la frontal, pero estaba preparado para combatirlas. Conocía a Aketxe. Cifuentes puso barrera, otros peones en el área pequeña, colocó a un jugador en cada poste... y Álex la desvió de cabeza.

Anquela no movió el banquillo hasta que quedaban doce minutos. Sacó a Mollejo y metió a Jovanovic. El serbio tuvo el gol a los pocos segundos. Bergantiños le filtró el pase con el exterior y el extremo se desmarcó y logró controlar, pero se le quedó demasiado atrás para la derecha y tuvo que buscar el disparo con la zurda para desperdiciar la mejor ocasión.

Al entrenador del Cádiz no le servía el empate. Cuando se lesionó Iza, Cervera no dudó en meter a un delantero, Querol, por el lateral. Los andaluces pisaron el acelerador, merodearon el área, generaron ocasiones, metieron centros laterales, hicieron sufrir a los blanquiazules, pero no hincaron el diente. Sobrevivieron los de Anquela, más por la falta de precisión del rival que por contundencia defensiva propia.

El míster respondió con doble lateral en un partido que se hizo de ida y vuelta. Aketxe, ya en el descuento, comprometió a Cifuentes antes de irse al banquillo con la ovación cerrada del Carranza. Debutó Gandoy y el Depor sumó su tercer empate consecutivo, la sexta jornada sin ganar.

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