Aunque no pudo igualar el récord de siete oros conseguidos en Budapest y se quedó con seis, el estadounidense Caeleb Dressel volvió a ser el gran dominador en la natación masculina, mientras que su joven compatriota Regan Smith, con récords mundiales en 100 y 200 espalda, es la abanderada de la nueva generación de estrellas de la piscina.
En la cita de Gwangju (Corea del Sur) total se batieron diez topes universales: Adam Peaty (100 braza), Anton Chupkov y Matthew Wilson (200 braza), Dressel (100 mariposa), Kristof Milak (200 mariposa), Regan Smith (100 y 200 espalda), 4x200 libre masculino (Australia), 4x100 estilos femenino y 4x100 libre mixtos, estos dos a cargo de Estados unidos.
Peaty, por su parte, sigue a un nivel superior y dominó con autoridad las dos pruebas cortas de la braza (50 y 100) y además ayudó a su equipo en la victoria del 4x100 estilos.
La enfermedad de la estadounidense Katie Ledecky, llamada a convertirse en la reina de este Mundial, trastocó todos los planes. Perdió la final de 400 libre ante la australiana Ariarne Titmus, fue baja en 200 y 1.500 y volvió con un oro, muy trabajado, en 800.
Titmus, Regan Smith, la canadiense Margaret MacNeill, oro en 100 mariposa, la italana, de solo 14 años, Benedetta Pilato, plata en 50 braza, y el húngaro Kristof Milak asomaron como nuevos talentos.
Uno que lo fue, el chino Sun Yang, que tiene pendiente una investigación por haber roto con un martillo una muestra de un control, fue protagonista fuera de la piscina después de que Mack Horton se negara a fotografiarse con él en el podio y de llamar perdedor a Scott Duncan. En el agua se llevó dos oros (200 y 400 libre).
Una piscina de la que España se fue de vacío, ya que Mireia Belmonte se tomó esta cita como preparación para los JJOO de Tokio 2020.