La natación parece una disciplina meramente individual. La imagen de Michael Phelps con ocho oros al cuello en Pekín 2008 ratifica esa teoría, pero el deportista olímpico con más medallas de la historia no las ganó todas solo. De las 28 que brillan en su interminable palmarés doce fueron en relevos.
El coruñés Sergio Campos Varela (24 años) es un ejemplo de hombre de equipo en la natación. Con un puñado de metales en los Campeonatos de España, incluidos cuatro bronces en el reciente Nacional de piscina corta de Castellón, dirige su carrera hacia retos colectivos.
El próximo mes le espera la Copa de España de clubes en Gijón, su casa desde que en 2018 fichó por el Club Natación Santa Olaya, que se juega la permanencia en la División de Honor. “Es una competición diferente: dan igual los tiempos, lo que importan son los puestos, que dan puntos para una clasificación. Y eso le da un toque especial. Aunque compites solo te sientes parte de un equipo”.
Sergio ha logrado sus mejores resultados en piscina corta, pero se entrena en larga con la vista puesta en los relevos de la selección española, concretamente el 4x100 metros libre, su puerta de entrada a los Europeos y, tal vez, a los Juegos Olímpicos. “La intención es bajar de 50 segundos en el Open –Campeonato de España que se celebra en marzo del 2021– y estar entre los cuatro mejores para entrar en el relevo”.
Antaño promesa de la natación gallega, Campos se formó en el Club Natación Coruña, destacó como espaldista y, en el paso de júnior a absoluto, dio el salto al Centro de Tecnificación de Pontevedra, pero hace dos años se mudó a Gijón y ahora se centra en el crol. “Me ofrecieron una buena beca deportiva y todas las facilidades. El CN Coruña es uno de los mejores en Galicia, pero es un club pequeño, y el Santa Olaya es uno de los mejores en España”, razona.
En el equipo gijonés coincide con otra gallega, la pontevedresa Bea Gómez, olímpica en Londres 2012 y con varios Europeos y Mundiales a sus espaldas. “Ya teníamos muy buen grupo, pero Bea nos da un plus más y es otro punto de apoyo. Nunca había entrenado con gente de tanta calidad y eso se está notando en los resultados”, arguye.
En los recientes Campeonatos de España de piscina corta, el Santa Olaya terminó cuarto en el medallero y quinto en la clasificación por clubes en categoría masculina. El coruñés se colgó el bronce en 50m espalda y en tres pruebas de relevos (4x100m libre, 4x50m y 4x100m estilos), además de otros tres cuartos puestos y establecer tres nuevas marcas personales.
“Para ser la primera competición después de la cuarentena y con solo unos meses de entrenamiento está muy bien, mejor de lo que me esperaba. Las sensaciones eran muy raras, pero en el agua fueron muy buenas”, se sorprende Campos, que pasó el confinamiento en el domicilio familiar en A Coruña y no volvió a entrenarse con normalidad hasta finales de agosto. “Empecé a nadar en el mar antes de que abriesen las piscinas”.
La gran figura de la natación actual es Caeleb Dressel. Al mismo tiempo que Sergio compitió en los Nacionales, el estadounidense se colgó siete oros y batió dos récords mundiales en Budapest. “Es impresionante. No sé ni cómo definirlo. Es casi un súper héroe”, exclama.
Ambos son velocistas y los dos tienen 24 años en un deporte que presenta talentos adolescentes cada nuevo ciclo olímpico. Campos no mira el DNI ni piensa en la retirada, solo piensa en la próxima competición: “Cuanto más compito, mayor me siento. Soy el abuelo ya casi de todos”, ríe.
El futuro del coruñés también pasa por la piscina: “Me estoy formando para ser entrenador. Solo me falta el último curso, el nivel superior. Me gustaría seguir ligado a este deporte”.