Como en casa en ningún sitio
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17º-23º

Como en casa en ningún sitio

Como en casa en ningún sitio
Celebración del único gol del partido anotado por Borja Galán | javier alborés

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Como en casa en ningún sitio y en casa es donde el Fabril se está haciendo fuerte en las últimas jornadas. Como hace un mes ante el Rayo Majadahonda, ayer le ganó al Navalcarnero por la mínima (1-0) con un gol en los primeros minutos. Borja Galán resolvió el partido a lo grande, con una chilena tan sensacional como imparable.

No lo tuvo fácil Munúa para plantear el partido o, quizá, lo tuvo más fácil que en otras circunstancias. La realidad es que el Fabril se encontró con muchísimas bajas para encarar en encuentro clave en la lucha por la fase de ascenso –quinto contra cuarto con un punto de distancia– y con cuatro juveniles –Carracedo, Mujaid, Ortu y Pedro Alves– entre los 18 convocados. Para empezar, la pareja habitual de centrales –Quique Fornos, One– fue sustituida por la formada por Raúl González y Gaizka Martínez, serios, prácticos y seguros durante los noventa minutos. En los laterales –Blas y Lucas– no hubo novedad; sí en el centro del campo, donde se cayó Queijeiro del once –estuvo en el banquillo– por leve esguince de tobillo sufrido en el entrenamiento del jueves, en el que jugaron Edu Expósito y Carlos López en el doble pivote y Martín Bengoa –sorprendió la suplencia de Romay– en la mediapunta. Ante la sangría de lesiones en la parcela ofensiva –lesionados Luismi, Ismael Díaz, Uxío y Óscar Pinchi–, el entrenador uruguayo utilizó a los tres sanos: Galán en la derecha, Jardel en punta y Caballo –le da igual lateral que extremo– en la izquierda.

El Navalcarnero
La primera impresión que dejó en Abegondo el Navalcarnero, que actúa de local en un campo de césped sintético y de dimensiones no excesivamente amplias, fue muy buena. Al equipo de Julián Calero, estructurado en el clásico 1-4-4-2, le bastaron cinco minutos para dejar claro que está trabajado: presiona alto sin permitir que le rompan líneas y se organiza en repliegue de forma más que adecuada cuando el rival juega directo y maneja el balón en su campo. Con solo un futbolista diferencial a nivel técnico –Joaquín– en la pareja de delanteros, al Navalcarnero se le aprecia falta de talento individual para resolver ciertas situaciones que requieren un pase o una conducción para romper una línea, para conseguir una ventaja o para generar una situación de gol.

Golazo brutal
El buen arranque del Navalcarnero, con el que provocó que el Fabril tuviese que jugar en largo desde Francis y con el que se aproximó –sin inquietar– a la portería del nigeriano, sufrió un revés en el 6, cuando Lucas habilitó con un pase al primer toque a Caballo y este, escorado en la banda izquierda y también sin controlar la pelota, puso la zurda para que el balón llegase manso al segundo palo, donde Galán conectó una impresionante chilena que acabó en la escuadra (1-0) y con la grada boquiabierta.

Las ocasiones más claras fueron del Fabril, pero Jardel desperdició dos ocasiones (casi) imperdonables. La primera, en el último minuto de la primera parte. De Gaizka para Lucas, de Lucas para Edu y este un pase de la muerte para Jardel, que falló ante Ismael. La segunda, muy similar, en el ecuador de la segunda mitad, tras un córner de Caballo botado desde la izquierda en el que hubo una doble ocasión; la última del delantero portugués, que remató a los guantes del portero rival.
El Fabril, en el que destacó la banda izquierda –tanto Lucas como Caballo compitieron y brillaron a un nivel superior–, acabó el partido sin problemas a nivel de ritmo y con Munúa permitiendo, no como contra la Ponferradina, que los juveniles convocados jugasen con su equipo ante el Sporting.

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