La historia del estadio de Riazor está desde hoy recogida y fielmente documentada en un libro, fruto del trabajo de más de un año, del experiodista de dxt Lois Novo, que forma parte del departamento de comunicación del club, del que es responsable de patrimonio e historia.
El libro, ya a la venta, resultado una labor de hemeroteca, en el que también han colaborado diferentes personalidades del club para conformar el relato vital de un estadio que ha vivido lo mejor y lo peor de la historia futbolística del Deportivo en los más de cien años de historia de la entidad.
¿Cómo surgió la idea del libro en honor a Riazor?
Forma parte del proceso de recuperación de la memoria histórica del club que emprendimos hace algo más de cuatro años y la idea surgió hace más de un año, al ver que se acercaba el 75 aniversario. Nuestra idea pasaba por recolectar noticias hechas sobre el campo y así conformar un relato que fuese ameno. El estadio de Riazor es un proyecto de toda una ciudad. El deporte adquiere una importancia grande, pues en los años 30 hay Juegos Olímpicos, después de la I Guerra Mundial y es un momento importante. Se trata de un gran proyecto de una ciudad pequeña, el proceso va más allá de lo que es el deporte, y buscamos a los “culpables”, los que la generaron, tuvieron la idea y así se plasmaron en el libro. Quién consigue el dinero después de una guerra civil, que deja a España como la deja... Era entonces un momento complicado, y hubo agentes políticos, que son los que se movieron y consiguieron la liquidez para construir el primer estadio, el del año 44.
En el Mundial del 82 la FIFA pidió que se quitasen las pistas de atletismo
¿No sorprende un proyecto tan ambicioso como un estadio dentro de la realidad de una ciudad tan pequeña?
Fuimos pioneros en el deporte en general y más en el femenino: el Karbo, el Sal Lence, las primeras atletas que hubo en España eran de Coruña, de la ciudad... Además, dentro de la crudeza y la dureza que supuso la guerra civil en España Galicia fue de las zonas que menos notó el conflicto bélico. Por ejemplo, siguió disputándose el campeonato de Galicia, manteniéndose la actividad futbolística, jugando sus partidos equipos como el Racing de Ferrol, el Celta o el propio Deportivo. Eso favoreció que, una vez llegó el final de la guerra, hubiese aquí una mayor frescura de ideas y de mirar más allá. El deporte y el ocio empezaron a ser una prioridad en Galicia, antes que en otras zonas de España.
Un estadio que fue sede del Mundial de 1982...
Una de ellas, no sin dificultades (risas). La FIFA no quería las pistas de atletismo, pero el ayuntamiento se negó a quitarlas. Eran 14 ciudades, 17 estadios y tres ciudades con dos campos, Barcelona, Madrid y Sevilla, y Coruña el único estadio con pistas de atletismo.
Según una noticia de un periódico sevillano A Coruña quiso ser sede olímpica
Tras la última reforma, con la retirada de los tirantes, ha cambiado mucho...
Actualmente se mira principalmente por la eficiencia. Esos tirantes tenían un significado, ya que el arquitecto Antonio Desmonts quería darle al estadio una relación con el mar, de ahí los tirantes, emulando a un barco velero. Ahora se buscó más la efectividad, pero quedó realmente bien, con una cubierta blanquiazul.
¿Ha sido este un trabajo de muchos o más de hemeroteca?
Es más una labor de hemeroteca, contamos una historia de 75 años, pero ha habido muchas colaboraciones. Hay una lista de agradecimientos bastante amplia en el libro.
¿Alguna anécdota que nos puedas desvelar?
Contacté con un historiador, más enfocado al fútbol femenino, Fernando Arrechea, porque hace tiempo tuiteó una noticia de un periódico sevillano en el que se decía que Coruña se había postulado para ser sede de los Juegos, en la época de la II Guerra mundial, cuando no se disputaron ni en 1940 ni en 1944. El rumor, firmado en Berlín, rezaba: “La Coruña solicita organizar los próximos juegos en su nuevo estadio”. Al parecer fue Alfonso del castillo, un historiador especializado en el Betis, el que le puso sobre la pista, al encontrarse con esta peculiar noticia.