El verano de 2018 trajo para Basquet Coruña un soplo de aire fresco, con la llegada de muchos nuevos jugadores para sus filas. Entre ellos, hay tres que ‘destacan’ por alguna razón, como es el caso de Carlos Martínez, Sergi Pino y Ty Sabin.
Carlos (acaba de cumplir 23 años), el único coruñés de la plantilla, abandonó el club y la ciudad siendo muy joven para unirse a las filas del Baskonia. “Salir de Coruña fue una decisión que tomé junto con mi familia para intentar dedicarme a esto. Fue una experiencia muy positiva para conseguir un sueño”. Reconoce que dejar a su familia, a sus amigos y a su equipo fue lo más difícil de irse, a pesar de que siempre estuvo muy arropado. Este verano, en el ACB Academy charló con su actual entrenador, Gustavo Aranzana, y posteriormente recibió una llamada del mismo, para persuadirle. “Me convenció el proyecto, mi ciudad, mi casa…”. Además, en cuanto a la plantilla “creo que hemos hecho un grupo de amigos dentro del vestuario”.
En mente
En el caso de Sergi (31 años), un veterano de la LEB Oro, reconoce que “hacía años ya que quería venir a Coruña. Ya lo tenía en mente. Además, mi mejor amigo es de aquí. Ya desde mitad de la temporada pasada en Palencia estaba pensando en venir. No sé, es una ciudad y un equipo que siempre que he jugado contra ellos me ha gustado mucho”. Después de haber estado en tantos equipos “cada uno es una etapa diferente”, reconoce que tras no haber empezado bien la primera vuelta “para mí ha sido, no de lo peor de mi carrera, pero 1-9 es jodido. La gente que no se dedica al deporte no sabe lo que es. Venir aquí, exigirte, entrenas bien, intentas jugar bien y pierdes y pierdes... Eso mentalmente destruye muchísimo. Cuando ya llevas nueve derrotas seguidas te preguntas ‘¿salimos de aquí o no salimos?’. Confías y sigues luchando porque ves que hay talento, pero se ve cuesta arriba”. Hace poco consiguió el MVP de la jornada, con 23 puntos (9/10 TC), 5 rebotes, 6 asistencias, 1 tapón y 2 faltas recibidas. “Refleja que estando en el pozo o estando donde estés, si sigues trabajando y tienes una actitud buena, yo creo que todo llega. Sea el MVP, una buena temporada…”.
Por su parte, Ty Sabin (24 años), ya se atreve a decir alguna palabra en español “sí, yo hablo muy pequeño, pero hablo más o menos” (risas). Llegó a A Coruña porque “creo que es un buen equipo, un crecimiento. Buscaba estar en un lugar en el que personalmente pudiese jugar a deseo y Coruña es el mejor lugar para ello”. En cuanto al equipo y sus compañeros, asegura que “me encanta. Son muy buenos chicos con diferentes personalidades. Hacemos muchas cosas juntos (sin ser entrenar) como ir a comer, tomar sushi, ir a casa de otros… es muy divertido. Siempre lo paso bien con todos”. Considera, además, que lo más diferente que se ha encontrado en el equipo es la liga en la que juegan, “es mejor, una competición mejor, más profesional”.
Al ser preguntados por qué es lo más difícil de la vida que llevan (entrenar-jugar-entrenar-viajar-entrenar), dejan entrever que lo que no se ve. “Hay gente que considera que solo trabajamos las horas de entrenamiento, pero en realidad, tenemos que levantarnos temprano, hacer ejercicios, llevar una buena alimentación, descansar… No es solo las horas que estás aquí, no tenemos fines de semana… Son muchas horas más. Hay mucho entrenamiento invisible”, asegura Carlos.
Sergi coincide con él y añade que “la gente se piensa que es fácil, y realmente, a parte del físico es algo mental. Cada partido es como un examen final. Tienes que intentar jugar bien y ganar, porque cuanto más pierdas y desciendas con el equipo, el año que viene no tienes buen contrato. Es un trabajo de grupo, pero también individual. Tienes que estar bien para poder ayudar a los demás”. Para Ty, lo más “complicado” es lo larga que es la temporada, “estaba acostumbrado a jugar dos días a la semana”. Sin embargo, “aquí, al jugar un día a la semana, entrenas mucho pero también descansas más y te recuperas mejor. Lo peor es estar lejos de la familia y los amigos, aunque tengo suerte de que puedan venir a visitarme una o dos veces durante la temporada”.
De acuerdo
En cuanto a si el equipo se clasificará para jugar el playoff de ascenso, los tres lo tienen claro. “Yo confío en que sí. Tenemos 13 finales por delante. Todos tenemos la confianza y las ganas de que sí”, dice Carlos. Sergi es más contundente “mi objetivo siempre es llegar a playoff o subir directos, si no, no tiene gracia. Me aburriría si vengo a jugar para estar en media tabla o descender. Yo creo que podemos llegar. Si sacamos los de casa y alguno de fuera, podemos conseguirlo”. Ty dice que “por supuesto. Jugando partido a partido. Sabemos que podemos ganar o perder, pero intentando ser mejores cada día podemos lograrlo”. Aun así, ninguno se arriesga a decir qué haría si lograsen ascender, más allá de una gran fiesta con sus compañeros y familiares. Para Sergi, que ya ha vivido un ascenso, asegura que “es un regalo”. Carlos indica que “sería un sueño. Estar en ACB con el equipo de tu ciudad es un sueño”.
De momento, tendremos que esperar hasta abril para saber si el equipo se clasifica para jugar el playoff y hasta mayo para saber si se produce el ascenso.
