Última llamada para Mohamed Bouldini
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Última llamada para Mohamed Bouldini

Última llamada para Mohamed Bouldini
Mohamed Bouldini, en un partido con el Deportivo | QUINTANA

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Con la permanencia en el bolsillo y las fuerzas justas para pelear por nada más que no fuera terminar la temporada de forma digna, las últimas semanas en el Deportivo han servido para darle a los menos habituales la oportunidad de demostrar sobre el campo que se han mantenido preparados para cuando llegara su momento, sin importar haber jugado entre poco y muy poco. Reforzar ese sentimiento de culpabilidad, en definitiva, que siempre aseguran tener los entrenadores cuando se ponen ante los micrófonos y entonan la palabra injusticia para referirse a la unidad B. 

 

Han sido varios los futbolistas blanquiazules que han multiplicado sus minutos en las jornadas más recientes, como es el caso de Jaime, Patiño o un Germán Parreño que regresó a la portería ante el Granada por primera vez desde agosto. Las circunstancias han querido que La Romareda apunte a escenario de otro de esos regresos que sin duda estará analizado completamente al detalle: el de Mohamed Bouldini.


Pase lo que pase en estas dos fechas, será difícil que cambie la sensación de fracaso en su primera campaña como deportivista, pero al menos el delantero marroquí dispondrá de un último tren para terminar el curso con un sabor de boca algo menos amargo. Para la visita al Zaragoza, Óscar Gilsanz no podrá contar con Barbero por sanción y parece poco probable que Eddahchouri vaya a estar al cien por cien después de su incidente el pasado fin de semana. El punta llegado en el mercado de invierno no ha sufrido lesiones graves, pero lleva toda la semana sin entrenarse con normalidad junto al resto del grupo. Teniendo en cuenta lo que hay en juego para el cuadro coruñés, no parece que se vaya a correr ningún riesgo. Esto deja a Bouldini como único delantero sano de la primera plantilla y pone la pelota en su tejado para no seguir dilapidando su ya escaso crédito ante el deportivismo.

 

Barbero bouldini
Mohamed Bouldini y Barbero, durante un partido del Deportivo en Riazor | PATRICIA G. FRAGA


Y es que por cartel, desembolso económico y apuesta de la dirección deportiva, el atacante firmado vía traspaso desde el Levante en el final de mercado estaba llamado a ser uno de esos refuerzos que marcase la diferencia en la temporada de regreso del Deportivo al fútbol profesional. El club tenía claro que necesitaba un nueve de referencia, con presencia física y trabajo, que permitiera liberar todo el talento que llegaba desde la segunda línea con los Yeremay, Mella, Lucas Pérez y Mario Soriano. Hasta el momento el resultado es un fiasco mayúsculo. Porque Moha solo ha sido capaz de marcar un gol en lo que va de campaña y nunca ha sido quien de imponerse a sus competidores por el ‘9’ deportivista. Tanto Idiakez como Gilsanz le dieron oportunidades, pero siempre ha terminado por perder el puesto y desde la llegada de Eddahchouri incluso ha caído al fondo de la rotación de los hombres más adelantados.


Es ahora o nunca para un Bouldini cuya hoja de servicio se resume en 19 partidos, solo cinco como titular, y apenas 567 minutos. Cifras que además han ido en claro descenso, como ya le había pasado en las últimas temporadas en el Ciutat de Valencia. Desde que comenzó 2025, el punta solo ha salido de inicio en dos encuentros, ambos en enero, momento en el que empezó una caída libre con apenas 35 minutos sobre el césped repartidos en cinco encuentros. En ninguno tuvo impacto mediante goles, asistencias, o participación indirecta en el ataque deportivista.

 

Con Kevin al acecho

Sin capacidad para ganarse el puesto y obligando a los entrenadores a elegir siempre entre un tridente de mínimos, lo que desde luego supondría la puntilla para Bouldini sería no ser capaz siquiera de salir vencedor en la batalla con un fabrilista. Y bien haría en no despistarse, porque no se trata de un rival cualquiera. Con el Fabril eliminado de la lucha por el ascenso tras una gran temporada, Kevin Sánchez será en Zaragoza la principal alternativa en la delantera para Óscar Gilsanz. El canterano cuenta con varios factores que juegan a su favor y tiene la oportunidad de terminar el año jugando para, quién sabe, poner la primera piedra de lo que se espera sea un verano ilusionante.


A sus 20 años, el delantero burgalés es la próxima gran perla de la factoría Abegondo. Firmó un contrato hasta 2028 siendo todavía juvenil y esta temporada ya ha debutado en Segunda División. Su progresión en el Fabril no se ha detenido y este curso viene de firmar 11 goles en 28 partidos con el filial blanquiazul, aumentando todos sus registros y consolidándose en Segunda RFEF. El premio al buen trabajo, con un entrenador que además lo conoce perfectamente, será disfrutar de minutos en las dos últimas jornadas de la categoría de plata.

 

Peor escenario

Y es que el escenario para Bouldini no tiene pinta de mejorar en los próximos meses. Más allá de si su futuro pasa por A Coruña, aunque la dirección deportiva decida pasar página, no será fácil extinguir un contrato al que todavía le quedan tres temporadas por delante, la competencia para la 2025-26 promete ser todavía más dura. Barbero y Eddahchouri también están atados, lo mismo que Cristian Herrera, a lo que hay que unir los posibles regresos de Raúl Alcaina y Davo en caso de que el Murcia no consiga el ascenso, y de un Martín Ochoa que no ha tenido demasiada fortuna en su cesión al Lugo.


En todo caso, este es un problema compartido entre Bouldini y, sobre todo, el club, que cuenta ya con una numerosa nómina de delanteros y sabe que ir al mercado para buscar un nuevo goleador debe ser la prioridad de este verano. Si el punta africano tiene alguna opción de formar parte de ese grupo el próximo curso, sin duda pasará por terminar el presente mostrando con rendimiento sobre el césped que puede tener hueco.

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