El césped artificial no solo supone un hándicap para los jugadores de campo, también para los porteros. Carlos Abad tendrá que adaptarse al terreno en Guijuelo. El césped artificial no solo supone un hándicap para los jugadores que están acostumbrados al natural, sino también para los guardametas.
“Nosotros, los porteros, notamos mucho la superficie en golpeos, en los apoyos también, y al defender un tiro el balón rueda diferente, más rápido o más lento con un bote más o menos picado”, razonó
Abad indicó que el partido obliga a ser “competitivo” por las circunstancias ya que se disputará en hierba sintética y tras un parón en el grupo I de Segunda B.
“Vamos a intentar hacer nuestro juego lo mejor que podamos, pero las condiciones nos van a limitar. Ante Unionistas (también en césped artificial), lo intentamos y al final pudimos sacar los tres puntos con un gol. No sabemos qué va a pasar en el partido y solo queda prepararse para competir al máximo”, declaró.
Abad auguró un “partido trabado”, como los anteriores, “por la superficie” en la que se juega y por tener enfrente un rival que les intentará “hacer daño a su manera”.
“Después de un pequeño periodo de adaptación, porque tenemos gente que viene de otras categorías, ya estamos viendo lo que nos vamos a encontrar, ningún rival lo va a poner fácil. Estamos en una categoría de barro, tenemos que remangarnos y trabajar”, abundó.
El Deportivo retoma la competición invicto después de cuatro partidos y como líder de su grupo con diez puntos de doce posibles.
Abad defendió los parones que se han establecido esta temporada en la categoría de bronce para recuperar partidos que hayan tenido que suspenderse por coronavirus.
“Puede parecer un poco negativo porque supone parar dinámicas, sean positivas o negativas, pero, con la situación en que estamos, es lo más acertado por si hay que recuperar jornadas. Cómo lo llevemos depende de que cada uno mantenga el nivel de atención y competitividad durante el parón para que no nos reste a la hora de volver a competir”, razonó.
El guardameta blanquiazul aseguró que su forma de trabajar no varía por estar en Segunda B. “Siempre voy a intentar dar mi máximo nivel”, apuntó.
Además, advirtió de que se está “sintiendo arropado” por sus compañeros en el césped, “no solo la defensa” porque “el primero que defiende es el delantero”.
“Tengo un equipo implicado. Hay muy buenos jugadores e incluso con todos los problemas que hemos tenido (lesiones), el que ha jugado ahí lo ha hecho bien y tenemos un buen grupo”, apuntó el cancerbero, quien dijo que su misión es “estar concentrado” para cuando necesite intervenir.