José Luis Lemos: “Ni me he actualizado ni lo haré; hay mucha palabrería vacía alrededor del fútbol”
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José Luis Lemos: “Ni me he actualizado ni lo haré; hay mucha palabrería vacía alrededor del fútbol”

José Luis Lemos: “Ni me he actualizado ni lo haré; hay mucha palabrería vacía alrededor del fútbol”
José Luis Lemos, entrenador del Bergantiños, durante un partido de esta temporada en As Eiroas | raúl lópez

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Transmite la particular calma tensa. Entrena al mejor equipo de la liga, al menos uno de los mejores, y lidia con el objetivo del ascenso desde el primer entrenamiento de la pretemporada. Es José Luis Lemos.

Se va a cumplir un año desde su llegada al Bergantiños. ¿Parece mucho tiempo o poco? 
Es difícil de calibrar. Desde que paramos en marzo hasta que volvimos a empezar en agosto hubo meses inhábiles. El club me ofreció la renovación tres semanas después de que se iniciara el confinamiento y, a partir de mayo, empezamos a trabajar en la plantilla. Es casi un año en el club, pero en realidad son solo cinco de contacto directo.

Su fichaje por el Bergantiños estaba cerrado cinco antes de que el club se lo comunicase a Borja Facal. 
Recibo una primera llamada el domingo en el que el equipo empata en Porriño y me reúno con el presidente y algún directivo el miércoles siguiente. En la negociación pregunto cuándo querrían que cogiese el equipo y me dijeron que sería la siguiente semana pasara lo que pasara en el partido contra el Choco.

¿Le hubiese gustado que se anunciase antes del partido contra el Choco?
No, pero entendía que si el equipo perdía contra el Choco iba a ser más sencillo anunciarlo. Percibí preocupación porque el equipo no había sido capaz de ganar a equipos de la parte baja de la clasificación a principios de enero. La situación más complicada para anunciar mi fichaje sería que el equipo ganase el partido, tal y como sucedió. Estuve en aquel Bergantiños-Choco en As Eiroas y, cuando me fui, llegué a pensar que, a lo mejor, no se llevaba a cabo mi contratación. No es una decisión fácil de tomar después de una victoria. 

¿Qué sensaciones tiene durante los 90 minutos del Bergantiños-Choco sabiendo que, pase lo que pase en el partido, habrá una destitución y será Lemos el entrenador del equipo el día siguiente?
En el minuto 6, Pablo Agulló hace el 1-0 de cabeza en una falta lateral y lo primero que pensé fue: va a ser el día en el que le salgan muchas cosas bien al equipo y va a ganar fácil. Pero yo quería empezar con victoria. Una victoria que no fue mía sino de Facal, pero el equipo tenía tres puntos más para conseguir el objetivo para el cual me había fichado el Bergantiños. Sabía que iba a traer más polémica y que es más difícil de entender el cambio después de ganar, pero yo prefería que el equipo consiguiese los tres puntos.

¿Hubiese preferido fichar por el Bergantiños finalizada la temporada?
No. En el mes de enero, el club me transmite una preocupación enorme por un posible descenso. Recuerdo que me ofrecieron una temporada más en el momento de fichar y dije que no. Quería conocer el club, saber cómo me iba a adaptar a As Eiroas… Tenía muchas dudas y preferí firmar solo hasta final de temporada, pero en ningún momento me planteé rechazar la propuesta porque todos sabemos el club que es el Bergantiños y no había muchas opciones de entrenar cerca de A Coruña.

Hace referencia a una preocupación enorme en la directiva del Bergantiños.
Recuerdo que cuando me reúno con el presidente, el vicepresidente y Luis Cendán, Chano me dijo: haz lo que tengas que hacer, pero el equipo no puede descender.  

Chano Calvo es uno de los mejores empresarios de Galicia y José Luis Lemos siempre tuvo habilidad en las distancias cortas con los presidentes. ¿Quién ganó el pulso a quien?
En esos casos, el pulso se queda en empate. Chano dijo que tenía muy claro que quería que fuese yo el entrenador del Bergantiños, pero también me comentó que tenía fama de caro. Yo le dije que era cierto (ríe). Fue una conversación sencilla, entre tensa y simpática. Él me lo dijo para insinuarme que sería complicado llegar a un acuerdo y yo no se lo puse fácil.

¿Llama la atención tener en frente a Chano Calvo?
Puedes esperarte otra cosa, pero desde el momento en el que estás con él te das cuenta de que es una persona sencilla, muy cercana y muy atenta con todo el personal del club. Habla con los futbolistas prácticamente a diario, se preocupa por ellos y sé que les ayuda en muchas cosas más allá del fútbol.

Cuando el club y Miguel Figueira separaron sus caminos, ¿tuvo la opción de entrenar al Bergantiños?
Tuve una llamada de Cendán. Me dijo que podía ser yo, pero que había otra vía. Poco después me llamó para decirme que el club optaría por la opción de Borja Facal. 
 
¿Qué diferencia al Bergantiños del el resto de clubes en las que ha estado?
Todos los clubes tienen sus particularidades. El Bergantiños tiene una estructura muy grande, está muy profesionalizado y se trabaja muy a gusto. En Boiro hubo momentos malos pero también se trabajaba con comodidad y en Cerceda había unos precedentes con los entrenadores que yo, gracias a dios, no viví. El Bergantiños tiene potencial para estar más arriba y puede soportarlo. 

¿Cuál es el equipo en el que nota o notaba más presión cada domingo?
En el Boiro. Había mucha gente en Barraña cada quince días y el club había hecho una inversión muy importante. El Bergantiños tiene más repercusión en los medios de comunicación pero, en cuanto a presión, aquel trasatlántico que se construyó en Boiro en el verano de 2015 para conseguir el ascenso a Segunda B ejercía mucha presión. 

Ha estado dos años y unas semanas sin entrenar antes de fichar por el Bergan. ¿Qué fue lo que más echó de menos?
Lo que más me gusta es el domingo, el vestuario y crear un equipo, una idea, pero llega un momento en el que te lo tomas con mucha más calma. Con el paso del tiempo se van suavizando las ganas de volver cuanto antes y te dedicas a observar desde fuera y verlo con tranquilidad. Reconozco que se me hizo largo, sobre todo el segundo año, pero no había muchas opciones y no era cuestión de entrenar por entrenar. 

Desde hace unos años se ha relacionado el nombre de José Luis Lemos con el Deportivo y más concretamente con el Fabril.
No sé por qué ha salido tanto mi nombre en los últimos años. Por una parte es algo que gusta pero, por otra, cansa. No ha habido ningún tipo de contacto. No me he sentado a hablar con nadie del Deportivo.

¿Fue especial jugar contra el primer equipo del Deportivo en pretemporada?
Solo había jugado una vez contra el Deportivo. Oltra era el entrenador, yo estaba en el As Pontes y también habíamos empatado, como esta última vez. En cuanto al partido con el Bergantiños, me gustó mucho nuestra versión. Más allá de que el Depor estaba en construcción, como también lo estábamos nosotros, lo hicimos bien ante muchos de los mejores futbolistas de la Segunda División B. Fue un partido bonito.

¿Y tener enfrente a Fernando Vázquez?
No soy de tener ídolos en los banquillos y, en todo caso, mis ídolos están mucho más arriba. Fue algo normal. Sabía que estaba enfrente un entrenador de mucha experiencia, de lo mejor de Galicia, pero mi objetivo era que mi equipo hiciese, frente a un rival superior, cosas que pretenderíamos hacer posteriormente en la liga. Me planteo ese tipo de encuentros de la siguiente manera: “si somos capaces de hacerlo contra el Depor, en nuestra liga nos resultará un poco más sencillo”.
 
Hasta el momento, el Bergantiños solo se ha dejado puntos contra el Paiosaco y el Silva en dos partidos que terminaron con el mismo resultado (1-1).

El empate en Paiosaco me dolió por cómo fue. El equipo hizo un partido completísimo, pero en el minuto 70 perdíamos por 1-0 con el único tiro del rival entre los tres palos y pudimos perderlo. Generamos mucho fútbol y muchas ocasiones de gol. En cambio, una semana después, poniéndonos por delante en el marcador, no fuimos capaces de manejar bien un partido tosco, parado y feo contra el Silva. Entramos en un fútbol que a nosotros no nos va, perdimos el control y consiguieron llevarse un punto que no fue injusto. Me dolió mucho más el empate contra el Silva que el de Paiosaco. 

Desde la jornada 3, el Bergan lo ha ganado todo. ¿Ha habido algún toque de atención para que el equipo entrase en dinámica ganadora?
Gracias a dios, no tengo que dar muchos toques de atención a esta plantilla. Cuando no salen las cosas como esperas en las dos primeras jornadas, hay que reforzar lo que quieres hacer para que no surjan dudas, insistir en seguir por el mismo camino y no renunciar a la idea a pesar de que no lleguen los resultados. Al equipo le pesó le ansiedad de tener que ganar siempre. La mayoría de rivales juegan con las armas de perder tiempo desde los primeros minutos, de imprimir un ritmo de juego bajo… El Bergantiños tiene la obligación de ganar y el rival no. Desde el pitido inicial, nosotros estamos perdiendo dos puntos y el rival ganando uno. Saber convivir con eso es complicado, pero el equipo lo leyó bien. Ganamos un partido complicado en Arzúa con el que vimos la luz y empezamos la racha positiva.

¿Cómo le han afectado a nivel personal los positivos en Covid-19 que ha habido en el Bergantiños en las primeras jornadas?
Todos somos conscientes de que puede pasar pero, hasta que sucede y lo vives, no sabes cómo vas a reaccionar. A todos nos dio un bajón. Contra el Polvorín no pudimos jugar por unos positivos, el siguiente partido era contra el Fabril y tuvimos que estar diez días en casa. Son situaciones complicadas. Me preocupaba la salud de los jugadores pero, sobre todo, me preocupaba saber cómo lo estaban llevando. Son chicos jóvenes, lo pasan relativamente rápido y regresan en buenas condiciones, pero es algo a lo que hay que adaptarse.

¿Qué le falta al equipo para satisfacerle plenamente?
Llevamos siete goles encajados y me parecen muchísimos para las ocasiones que nos han generado. Me gustaría que los rivales no fuesen tan efectivos. Y en ataque tenemos que aprovechar mucho mejor las ocasiones que tenemos. Muchos jugadores diferentes han hecho gol y eso es positivo porque no dependemos solo de uno, pero me gustaría ser más efectivo.

¿Tiene más información de los rivales esta temporada que en anteriores?
Siempre le he dado importancia al rival. Ahora existe una plataforma a través de la cual podemos ver los partidos de los rivales que antes no había. Veo dos o tres partidos cada semana, pero a mí me gusta mucho más verlo en directo porque se perciben otras cosas. Quiero saber cómo sale jugando el rival, cómo ataca, cómo pueden defender, las características individuales de los jugadores…

Cada vez están más de moda los entrenadores que usan muchos tecnicismos. ¿Se ha actualizado Lemos?
Ni me he actualizado ni pretendo hacerlo. Lo que estamos viviendo me parece una exageración. Vender una imagen como entrenador está muy bien, de hecho yo también lo hago, pero recargar los términos, abusar e inventar palabras me parece pasarse de rosca. Algunas cosas que se dicen sobre el juego son demasiado rimbombantes. Hay mucha palabrería vacía alrededor del fútbol. 

¿Se considera un entrenador de caché?
Me considero un entrenador que ha tenido la confianza de varios clubes de Tercera con proyectos muy importantes, con mucho dinero en juego y aspiraciones muy altas. Hay que estar capacitado para afrontar ese tipo de proyectos en clubes en los que hay mucha presión. Es una virtud que tengo y no la voy a ocultar. Para otros es más fácil acomodarse. 

Como madridista, ¿qué es lo que más valora de Zidane?
Me llama la atención su gestión de grupo, algo cada vez más fundamental en el fútbol, y su capacidad para no ponerse nervioso ante los medios, para mantener la calma que también transmite al equipo y que le hace salvar momentos complicados. Ha habido un par de veces que parecía estar muerto, pero ahí sigue y seguirá.

José Luis Lemos: “Ni me he actualizado ni lo haré; hay mucha palabrería vacía alrededor del fútbol”

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