Lewis Hamilton se proclamó matemáticamente, por sexta vez, campeón de F1, tras acabar segundo el Gran Premio de Estados Unidos, que se disputó en el Circuito de las Américas, donde ganó su compañero Valtteri Bottas y Max Verstappen fue tercero.
Hamilton no desaprovechó su segunda ‘bola de partido’ y capturó, a falta de dos carreras para el final del Mundial, su sexto título en la categoría reina del automovilismo, después del de 2008 –con McLaren– y de los que firmó en 2014 y 2015; y las dos pasadas temporadas, con su actual escudería, que este año también festejó su sexto Mundial (seguido) de constructores.
Bottas, que había salido desde la pole, superó a Hamilton en las últimas vueltas para lograr su primer triunfo en el GP de Estados Unidos. Tras el doblete de Mercedes, Verstappen les acompañó en el podio y Charles Leclerc acabó cuarto.
Mientras, Alexander Albon remontó desde las últimas posiciones a las que quedó relegado tras un toque en la primera vuelta con Carlos Sainz –al final octavo–, para ser quinto.
El gran perdedor en el circuito de Austin fue Sebastian Vettel, que partía desde la primera línea de la parrilla salida, pero en la novena vuelta se tuvo que retirar al romperse la suspensión trasera derecha de su Ferrari y tener problemas de control en las curvas 11 y 12 del segundo sector de la pista, donde quedó parado.
Con este título, el piloto inglés se queda a solo uno del líder de todos los tiempos, el alemán Michael Schumacher (1994, 1995, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004), cuyo estado físico es una incógnita después de caer en coma, del que supuestamente no ha salido, tras sufrir una accidente mientras esquiaba en Francia el 29 de diciembre de 2013.