Como es tradicional en entrenamientos llevados a cabo 24 horas después de un encuentro oficial, la plantilla del RC Deportivo realizó un entrenamiento de recuperación a dos velocidades.
Por una parte, los titulares frente a Unionistas levantaron el pie del acelerador y se ejercitaron a un ritmo inferior al del grueso del equipo; estos futbolistas apenas estuvieron media hora sobre el césped de la Ciudad Deportiva de Abegondo, donde hicieron un calentamiento ligero con rondos, antes de retirarse a los vestuarios y completar el plan del día con sesión de baño y masaje.
Mientras tanto, los suplentes en el citado duelo apretaron los dientes, con la mente ya puesta en el próximo compromiso del domingo 7 a las 12.00 del mediodía en O Vao ante el modesto Coruxo.
En una jornada de alta intensidad para ellos, hubo tiempo suficiente para completar diversas actividades, como ejercicios de posesión, finalizaciones y fútbol en espacio reducido.
El primer test semanal, en familia, gozó de la presencia de tres futbolistas procedentes de la cantera, que se exhibieron en el escaparate del primer equipo.
En este caso, los elegidos de categorías inferiores fueron Adri Castro —que se encuentra en dinámica de primer equipo desde pretemporada y ya ha debutado en Liga—, Pablo Brea y Diego Villares, que estuvieron a las órdenes del técnico coruñés Rubén de la Barrera.
El míster de Elviña no se conforma, lógicamente, con la mejoría experimentada por su conjunto en el último encuentro y pretende que su proyecto siga creciendo hasta sumar los puntos necesarios para acceder a la siguiente liguilla clasificatoria —para ello necesita quedar entre los tres primeros del subgrupo—.
A la espera de fichajes de última hora para reforzar una plantilla sin pegada, el Depor regresará mañana al trabajo con el objetivo de retornar al triunfo después de seis jornadas sin vencer.
