Barcelona o Valencia alzarán esta noche en Sevilla la Copa del Rey, que puede suponer un récord si lo logra el primero, porque será la quinta consecutiva, o redondear el año del centenario del segundo tras más de una década sin ganar un título.
El estadio Benito Villamarín se estrenará como escenario de la final copera, la cuarta que se jugará en Sevilla, en la que el Barcelona, dueño indiscutible del trofeo, va a por su noveno doblete y el Valencia a repetir una victoria que no celebra desde 2008 cuando ganó al Getafe en el Vicente Calderón de Madrid.
La historia de amor que tiene el Barcelona con la Copa (treinta títulos en cuarenta finales) llega a este año con los ánimos en el club no alineados, tanto dentro como fuera de la entidad, pues de igual forma que la directiva y el vestuario apuestan ciegamente por el título, no todos los seguidores están en la misma onda tras el decepcionante adiós a la Liga de Campeones.
El club ya ha advertido que el entrenador Ernesto Valverde cuenta con todo el apoyo institucional, pero se ha reservado hacer autocrítica pase lo que pase hoy en Sevilla.
Valverde, que también aspira a su segundo doblete, desea más que nadie que el Barcelona levante el título y, a ser posible, desarrollando un fútbol como hace justo un año, cuando el equipo catalán afrontaba la final contra el Sevilla tras la eliminación también de ‘Champions’ y firmó el partido de la temporada (5-0).
Esta vez el Barcelona llega igual o más apenado que el curso pasado, tras la eliminación en la Liga de Campeones, y con una larga lista de jugadores tocados y otra de la que el preparador no puede echar mano, como son los lesionados Luis Suárez y Ousmane Dembélé.
Para el centro del campo y ofensiva, Valverde cuenta con variantes para alinear a Arthur Melo y Philippe Coutinho, opciones ambas que junto a la de Arturo Vidal aparecerá como la única duda del preparador, la de optar por dos de estos tres futbolistas.
El resto, parece bastante claro, pues en la portería se espera el habitual en la Copa del Rey, el holandés Jasper Cillessen (Ter Stegen esta descartado y, lesionado, no estará ni en el banquillo). Delante, el cuarteto de defensas con Sergi Roberto o Nélson Semedo, Gerard Piqué, Lenglet y Jordi Alba.
En la medular Ivan Rakitic y Sergio Buquets parecen los fijos y la duda es si añadirá a dos integrantes más (entre tres opciones: Arhur Melo, Arturo Vidal y Coutinho) o sólo a uno, y opte por meter en la ofensiva a tres (Malcom, Messi y Coutinho).
El Valencia afronta la cita liberado tras haber conseguido cerrar en la última jornada de Liga la clasificación para la próxima Champions, que era el principal objetivo del club esta campaña.
Para ello ha necesitado completar un largo esprint tras haber acabado la primera vuelta a diez puntos del cuarto y haberlo compaginado con su larga trayectoria en la Liga Europa y en la Copa del Rey, lo que ha pasado factura a la frescura física y mental del equipo en las últimas semanas.
Además de liberado y cansado, el Valencia encarará la cita de ilusionado por la posibilidad de volver a abrir sus vitrinas y conquistar un título tras más de una década de sequía y de hacerlo en la temporada en la que ha celebrado su centenario.
Más de 20.000 seguidores se desplazarán a Sevilla, sobre todo en trenes y autobuses, para acompañar al equipo y en Valencia se instalarán dos pantallas gigantes para que otros miles puedan seguir el encuentro juntos.
En el plano deportivo, el técnico Marcelino García podrá contar finalmente con el central Ezequiel Garay y con el mediocentro Geoffrey Kondogbia, dos piezas clave en su once, aunque mientras el primero ha dicho que está en perfectas condiciones, el segundo ha confesado que, tras haber pasado más de un mes de baja, no está al cien por ciento. l